Ventanas en el Espacio

VENTANAS EN EL ESPACIO

América Latina: a la derecha, a la izquierda enero 26, 2022

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 3:15 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 26 de enero de 2022 en el periódico HOY

La historia de América Latina se ha caracterizado por los giros políticos que tienden a operar de manera cíclica: unas veces hacia la derecha y otras hacia la izquierda. En este último período de aperturas democráticas que se inició a fines de la década de 1970, ha sido igual.

Definir con precisión los términos derecha e izquierda se torna cada vez más difícil, pero en la América Latina actual, su principal diferenciador es el énfasis en la protección del capital privado (derecha) versus la redistribución de la riqueza (izquierda).

Al iniciarse este siglo comenzó un giro a la izquierda con el ascenso de Hugo Chávez a la presidencia de Venezuela en 1999, quien luego acuñó el término Socialismo del Siglo XXI. En el 2003 llegó Lula da Silva a la presidencia de Brasil y Néstor Kirchner en Argentina. En los países andinos, los movimientos indigenistas impulsaron las largas presidencias de Evo Morales en Bolivia (2006-2019) y Rafael Correa en Ecuador (2007-2017). Y en el 2010 llegó Pepe Mujica a la presidencia de Uruguay.

Luego se produjo un movimiento hacia gobiernos de derecha marcado por las presidencias de Sebastián Piñera en Chile (2010-2014 y 2018-2022), de Mauricio Macri en Argentina (2015-2019), y la caída del Partido de los Trabajadores (PT) en Brasil con la destitución de Dilma Rousseff en agosto de 2016, seguido por la elección del derechista Jair Bolsonaro.

Ahora estamos nuevamente ante un posible giro regional hacia la izquierda. Se inició con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en México en julio de 2018, seguido en 2019 por el triunfo del peronismo en Argentina, y en el 2020 se produjo el sorpresivo retorno al poder de las fuerzas de Evo Morales con Luis Arce de presidente.

El ascenso de la izquierda siguió en el 2021 con el triunfo de Pedro Castillo en Perú, Xiomara Castro en Honduras (que no proviene de la izquierda, pero enarboló un discurso de campaña con ese sesgo), y de Gabriel Boric en Chile.

Todas estas elecciones fueron competitivas, a diferencia de las elecciones en Venezuela o Nicaragua donde el oficialismo, que clama ser de izquierda, se impone sin real competencia.

En este 2022 se celebrarán dos elecciones que indicarán si América Latina sigue moviéndose hacia la izquierda o no. En Brasil podría ganar Lula contra Jair Bolsonaro, y en Colombia se perfila una fuerte contienda entre la centroderecha y el exguerrillero y exalcalde de Bogotá, Gustavo Petro.

Diversos factores explican estos movimientos pendulares en América Latina de derecha a izquierda y viceversa: 1) las grandes desigualdades en la región, 2) la incapacidad de los sistemas económicos y políticos de dar respuestas a las necesidades y expectativas de las mayorías, 3) la vulnerabilidad ante choques externos que empobrecen amplios segmentos sociales, y 4) las debilidades de los sistemas de partidos políticos.

Este último factor, en particular, es la causa de que algunos presidentes, de derecha y de izquierda, sean hechura del momento y no cuenten con una fuerte base legislativa para gobernar con efectividad.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/america-latina-a-la-derecha-a-la-izquierda/

 

Dejen tranquilo el 50+1 enero 19, 2022

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 6:10 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 19 de enero de 2022 en el periódico HOY

Hasta el año 1994, la República Dominicana se regía por un sistema electoral de mayoría simple para la elección presidencial: es decir, ganaba la presidencia quien obtuviera más votos sin importar la cantidad.

¿Por qué se cambió eso en la reforma constitucional de 1994?

Desde la década de 1980 se había hecho evidente que nadie ganaba con más del 50%, y, en el 1990, Balaguer había ganado con solo el 35.1% de los votos. La razón fue que el bipartidismo que existía en 1978 entre el PRD y el Partido Reformista se fue transformando en un tripartidismo por el crecimiento electoral del PLD.

Cuando en el sistema presidencial se rompe el bipartidismo surge la pregunta de si es legítimo que un presidente gane con una mayoría simple, aún tan baja como un 35.1% como ocurrió en 1990; o si se establece un mecanismo de mayoría calificada con la posibilidad de celebrar segunda vuelta si nadie obtiene el puntaje necesario en la primera.

Ante la crisis electoral que se produjo en 1994, cuando se disputó el triunfo de Balaguer contra José Francisco Peña Gómez, la solución pactada fue hacer una reforma constitucional que, entre otros puntos, limitara a dos años la presidencia de Balaguer, se celebraran elecciones presidenciales nuevamente en el 1996 y se estableciera la doble vuelta.

Hay distintas fórmulas numéricas para requerir la doble vuelta: una es si ninguna candidatura obtiene el 50+1 en la primera vuelta; otra es si ninguna candidatura obtiene un porcentaje relativamente alto (por ejemplo, un 45%) y la diferencia entre la primera y la segunda fuerza es significativa (por ejemplo, 10%).

En aquel momento, el PRD prefería 45% como umbral de triunfo en primera vuelta, pero Balaguer y el PLD prefirieron el 50+1, que se impuso.

Los sistemas presidenciales están diseñados para funcionar con dos partidos dominantes. Por eso la legislación electoral de Estados Unidos, cuna del sistema presidencial, dificulta que proliferen los partidos políticos mediante el colegio electoral (solo hay dos partidos electoralmente competitivos: Demócrata y Republicano).

Aunque en la República Dominicana hay una tendencia a concentrar el voto en dos partidos o alianzas electorales, la realidad es que la legislación electoral dominicana favorece el surgimiento de muchos partidos, razón por la cual debe mantenerse un sistema de doble vuelta para evitar que alguien gane la presidencia con un porcentaje bajo. Ahora bien, ninguna disposición electoral es perfecta, todas tienen ventajas y desventajas.

Para el caso dominicano considero que debe dejarse vigente el sistema de 50+1 establecido en 1994 por tres razones: 1) no genera ningún problema importante al sistema político, 2) la ciudadanía se acostumbró a esa modalidad y la entiende, y 3) solo una vez, en 1996, hubo segunda vuelta; o sea, tener la opción de segunda vuelta no ha sido un incentivo para utilizarla, a pesar de los muchos partidos que hay registrados.

El 50+1 no es el responsable de la proliferación de partidos políticos ni del clientelismo en la República Dominicana. ¡Déjenlo tranquilo! Es un correctivo para cuando se fracciona mucho el voto.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/dejen-tranquilo-el-501/

 

El arma del PLD, el arma del PRM enero 12, 2022

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 1:56 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 12 de enero de 2022 en el periódico HOY

En el año 2004, cuando el PLD volvió al poder, lo hizo en medio de una crisis económica que había aniquilado las aspiraciones reeleccionistas de Hipólito Mejía y debilitado electoralmente al PRD. En ese contexto, el PLD se presentó como abanderado de la estabilidad económica y el crecimiento.

Mantener por muchos años la estabilidad macroeconómica y el crecimiento fue uno de los pilares de los gobiernos de Leonel Fernández y Danilo Medina, y fundamento de 20 años (16 consecutivos) en el poder. Esa fue su principal arma contra el PRD.

Como la política es una lucha de poder asimétrica (lo que perjudica a unos beneficia a otros), el PLD se presentó siempre como el estabilizador y desarrollador económico de la República Dominicana, a diferencia del PRD que había terminado dos de sus gobiernos (en 1986 y en el 2004) con una crisis económica y un empeoramiento en los niveles de vida de amplios segmentos de la población.

Durante sus años de gobierno, el PLD transformó el país, sobre todo, el Gran Santo Domingo, tanto con obras de infraestructura, como con el crecimiento de las capas medias y empresarial.

El debilitamiento del PRSC y del PRD por sus divisiones, sirvieron de comodín político al largo período de gobiernos del PLD.

Los escándalos de corrupción se fueron acumulando a través del tiempo sin que ninguno generara una crisis política de magnitud para el PLD, hasta que apareció Odebrecht. A partir de ahí, fuerzas externas e internas se conjugaron para producir el movimiento Marcha Verde y cuestionar sistemáticamente al gobierno del PLD por la corrupción.

La lucha contra la corrupción es el arma del PRM contra el PLD. Como tal, fue el tema principal de campaña en el 2020, que llevó a la victoria, y sigue siendo tema central del gobierno perremeísta, sea vía sometimientos judiciales o por denuncias de funcionarios, aún no adquieran carácter judicial.

Así como el PLD se benefició grandemente de presentar al PRD como un aguafiestas económico, el PRM se beneficia ahora grandemente de presentar al PLD como corrupto. Estas narrativas no son ficción, tienen un fundamento real. Es cierto que el PRD terminó dos de sus gobiernos con crisis económicas, y es cierto que el PLD acumuló muchos actos de corrupción en su largo gobierno.

Con ese historial de trasfondo, el PRM tiene ahora dos grandes desafíos: 1) quitarse el estigma de que los perredeístas (ahora perremeístas) no saben gobernar y generan crisis económicas, y 2) evitar escándalos de corrupción propios que invaliden su principal arma contra el PLD.

En el año 2022 se pondrá a prueba el Gobierno en ambos aspectos, ya que habrá pasado el período de gracia y aprendizaje, y también se espera que vaya cediendo la pandemia.

Una estabilización de precios a nivel internacional sería muy beneficiosa para el Gobierno y la ciudadanía, al igual que un alto crecimiento económico que genere riqueza, más recaudación, mayor inversión pública y menor peso porcentual de la deuda pública.

A ver qué depara este año.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/el-arma-del-pld-el-arma-del-prm/

 

Tercer año de pandemia enero 5, 2022

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 3:42 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 5 de enero de 2022 en el periódico HOY

En enero de 2020, el coronavirus parecía algo lejano, en China, en el sudeste asiático. Hacía cien años que el mundo no enfrentaba una pandemia generalizada y no lo imaginábamos. En febrero avanzó en Europa y Estados Unidos; y para principios de marzo se conocieron los primeros casos en la República Dominicana.

Aquel fue un año particularmente difícil para el país: la cancelación de las elecciones municipales de febrero generó un gran descontento, hubo movilizaciones contra el gobierno del PLD en la icónica Plaza de la Bandera, celebración nuevamente de las elecciones municipales el 15 de marzo, inmediatamente después vino el cierre del país por las amenazas del coronavirus (no se había codificado aún el nombre COVID-19), pánico colectivo por el virus, elecciones de mayo pospuestas a julio, triunfo del PRM, fin de 16 años consecutivos de gobiernos del PLD.

Durante todo ese año 2020, las escenas de enfermos y muertos por la pandemia sacudieron el mundo y los videos de ciudades vacías producían una sensación de pena y desolación.

El año 2021 se inició en medio de muertes masivas por el virus y la creciente esperanza de que pronto llegaría la vacuna a salvar vidas y contener la propagación del virus.

En Estados Unidos, el uso de la mascarilla y la vacuna se convirtieron en temas políticos: unos a favor (sobre todo los demócratas) y otros en contra (sobre todo los republicanos, con Trump a la cabeza). Los países desarrollados acapararon inicialmente la vacuna para proteger su población.

La República Dominicana tuvo la suerte de estar entre los países que China decidió privilegiar por razones geopolíticas con la venta de vacunas, así el país comenzó temprano a vacunar. Luego Estados Unidos reaccionó y llegaron las Pfizer.

El año 2021 fue de reapertura económica y vacunación, pero las variantes nuevas mantuvieron el virus candente: Delta estropeó el verano y Ómicron el invierno. Ojalá este sea, como dicen, el comienzo del fin.

Cuántas dosis de vacuna se necesitará para combatir el virus, se desconoce aún; y mientras más dosis se prescriben, más desconfianza genera la vacuna en el segmento de la población que ha estado renuente a vacunarse, incluidos aquellos que lo hicieron a regañadientes.

Para cerrar el año 2021, el gobierno dominicano emitió un decreto requiriendo la tercera dosis a partir del próximo 31 de enero como requisito para ingresar a lugares públicos. Es su forma de hacer la vacuna obligatoria.

En la República Dominicana, este año 2022 se inicia con muchos contagios y una economía abierta. El Gobierno no puede darse el lujo de dejar caer la economía porque es un año crucial para consolidar y expandir adhesiones.

Por suerte, la tasa dominicana de mortalidad por COVID siempre ha sido relativamente baja. Por ejemplo, en estos momentos, mientras en la República Dominicana la tasa de mortalidad por 100 mil habitantes es alrededor de 40, en Estados Unidos de 252 y en Perú de 624 (la mayor del mundo).

Esperemos que en este 2022, tercer año de pandemia, el Covid-19 se degrade.

Enlance al periódico HOY: https://hoy.com.do/tercer-ano-de-pandemia/