Ventanas en el Espacio

VENTANAS EN EL ESPACIO

Haitianos: pudo más la explotación que el patriotismo febrero 23, 2011

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 7:39 am

Rosario Espinal

Artículo publicado en el periódico HOY el miércoles 23 de febrero de 2011 

Rafael L. Trujillo ordenó la masacre de haitianos en 1937 para dominicanizar, pero dejó que trabajaran en los ingenios azucareros. Joaquín Balaguer, conocido intelectual del anti-haitianismo, trajo haitianos a trabajar en los ingenios y también permitió que suplieran la mano de obra en otros sectores de la economía.

Cuando los haitianos trabajaban solamente en el azúcar vivían encerrados en los bateyes y eran piezas exóticas del paisajismo de la pobreza dominicana. Su trabajo arduo bajo el sol picante enriqueció a colonos y dueños de ingenios públicos y privados, y luego a finqueros de otros productos.

Después vino la migración masiva de dominicanos al exterior en la década de 1980, y con ello el boom de la construcción en la década de 1990. Entonces ingenieros y constructores aprendieron de colonos y hacendados a contratar mano de obra barata haitiana.

En Haití, por su parte, las cosas cambiaban. El dictador Jean Claude Duvalier fue derrocado en 1986, y sin terror estatal cotidiano, los haitianos comenzaron a desplazarse. No había ya una contraparte gubernamental haitiana para que República Dominicana contratara mediante acuerdo de gobierno a gobierno la traída de haitianos. Se hizo entonces por la libre.

En la medida que la inestabilidad y la miseria en Haití aumentaron, también creció el deseo haitiano de emigrar, y República Dominicana, por ubicación geográfica, es el destino migratorio natural.

Sin controles fronterizos adecuados y sin requerimientos legales para dar empleo, la República Dominicana siguió recibiendo haitianos, y con el paso del tiempo, no hubo voluntad gubernamental para controlar ni adecentar el proceso migratorio.

He aquí la situación actual. Civiles y militares dominicanos ubicados en puestos de frontera hacen muy mal su trabajo (la prueba más evidente es la cantidad de haitianos indocumentados que cruza constantemente), los empresarios quieren trabajadores haitianos para explotarlos (son los primeros que gritan cuando se los quitan), y los voceros dizque nacionalistas hacen bulla, azuzan la xenofobia, crean fábulas de fusión, y no proponen soluciones viables.

Encima, cuando el gobierno hace repatriaciones es puro teatro porque sacan los haitianos por un lado y entran por el otro. Las redadas permiten al gobierno dar la apariencia de que combate la migración indocumentada, pero en unos días concluyen las repatriaciones, generalmente cuando algún diplomático habla de derechos humanos y un funcionario dominicano envalentonado le responde. Fin del espectáculo mediático.

Ahora República Dominicana tiene una nueva Constitución que no resuelve nada. Niega derechos de ciudadanía a los hijos de indocumentados nacidos en territorio dominicano, pero hay muchos miles de personas que nacieron en territorio dominicano, son hijos de inmigrantes haitianos indocumentados y no van a regresar a Haití porque se criaron en República Dominicana. Esta población permanece sin papeles y sin derechos elementales.

En vez de ayudar a resolver el problema, esta Constitución agrava la situación porque gesta una nación de apartheid, y quien no quiera verlo así que reflexione profundamente sobre las implicaciones sociales y legales del Artículo 18.

La situación actual es sumamente peligrosa porque hay muchos inmigrantes haitianos, la sociedad dominicana no tiene recursos económicos para integrarlos adecuadamente, el sistema legal es excluyente, y muchos empresarios tienen como único propósito explotarlos.

Esta situación produce y seguirá produciendo fricciones a nivel popular entre dominicanos y haitianos, y estas fricciones, aunque favorables para la explotación laboral que desean muchos empresarios, incluyendo el Estado, son funestas para la convivencia humana.

En este 167 Aniversario de la Independencia vale decir que en la República Dominicana pudo más el deseo de explotación que el patriotismo inspirador de la gesta de 1844.

Enlace al periódico HOY: http://www.hoy.com.do/opiniones/2011/2/22/363607/Haitianos-pudo-mas-la-explotacion-que-el-patriotismo

 

El peligro del leonelismo febrero 16, 2011

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 8:27 am

Rosario Espinal

Artículo publicado en el periódico HOY el miércoles 16 de febrero de 2011

La historia dominicana está marcada por la dictadura y el continuismo. Hace sólo 32 años, en 1978, se inauguró una democracia electoral más o menos competitiva, y en estos 32 años, Balaguer gobernó 10, el PRD 12 y Leonel Fernández 10.

En sus 10 años, Balaguer recurrió a viejos métodos para mantenerse en el poder. No tenía que reprimir tanto porque ya no había oposición radical, pero utilizó los fraudes electorales para mantenerse en el poder. Sucumbió en su propio vicio y en 1994 tuvo que firmar la reforma constitucional que lo expulsó del poder en 1996.

El PRD tiene en su aval haber sido el motor de las luchas democráticas en el post-trujillismo, y actor central de la transición de 1978, pero en sus gobiernos ha fracasado en el manejo de la macroeconomía. Además, en vez de darle un giro democrático a la política dominicana, se adhirió al clientelismo y la corrupción, y después de la muerte de José F. Peña Gómez, también al personalismo continuista.

Leonel Fernández salió a la palestra pública cuando Juan Bosch lo escogió como compañero de boleta en 1994, en parte por su talento, pero también porque Bosch no quería junto a él ningún peledeísta que aspiraba abiertamente a acompañarle. Mañas de caudillo.

El deterioro biológico de Bosch y la imposibilidad constitucional de Balaguer para presentarse en 1996, hicieron posible el ascenso de Fernández al poder. Balaguer, también por maña de caudillo, no aupó ningún aspirante de su partido y se postuló nuevamente en el 2000, en el ocaso de su vida.

Muertos Peña, Bosch y Balaguer, y dada la debacle del gobierno de Hipólito Mejía, Leonel Fernández quedó como heredero del boschismo, del balaguerismo, y de un segmento del peñagomismo.

El elemento articulador de todos esos sectores ha sido Leonel Fernández, no el PLD como partido, aunque como resultado, el PLD se convirtiera en una maquinaria electoral.

La gestión de Fernández de 1996-2000 combinó intentos de institucionalización del Estado democrático con prácticas clientelistas y escándalos de corrupción. Pero en las gestiones a partir de 2004 se abandonó el avance en la institucionalidad democrática.

Muchos dirigentes, activistas y miembros del PLD se han acostumbrado a los beneficios del poder, ya sea mediante contratos jugosos, altas posiciones en la administración pública, simples empleos públicos, o pequeños beneficios sociales. La mayoría de ellos piensa que sólo con Leonel Fernández tienen un futuro electoral asegurado, y lo mismo sucede con los reformistas que pasaron al gobierno.

Por su parte, Leonel Fernández ha alimentado esa dependencia. Es el líder y presidente del PLD, pero su Comité Político tiene una composición estática y ha sido casi compacto en el apoyo al Presidente. El Comité Central apenas funciona y todas sus decisiones han sido pospuestas para un futuro Congreso que sólo tiene el nombre.

Sin institucionalizar el Estado ni el partido, el presidente Fernández ha fomentado el leonelismo, y a su favor tiene la historia del caudillismo dominicano.

En esa historia ha primado la sumisión a quien mejor garantice la distribución del pastel público a un grupo de privilegiados de capas medias y altas. Estos beneficiarios siempre se convierten en legitimadores de caudillos, y repartiendo migajas, también consiguen el apoyo de muchos pobres marginados.

La tragedia de esta historia caudillista, y el peligro de hoy, es que cuando se fomenta el personalismo se abandona el camino de la democracia, aunque se preserven simbolismos democráticos.

El poder encanta y envicia, con frecuencia nubla y ciega, y sin frenos lleva al autoritarismo. Este es el peligro del leonelismo.

Enlace al periódico HOY: http://www.hoy.com.do/opiniones/2011/2/15/362539/El-peligro-del-leonelismo

 

Gobierno, partidos: no golpeen las más chiquitas febrero 9, 2011

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 7:55 am

Rosario Espinal

 Artículo publicado en el periódico HOY el miércoles 9 de febrero de 2011

Con cierta frecuencia se escuchan voces de funcionarios y dirigentes partidarios deshonrando a las organizaciones de la sociedad civil dominicana. Dicen que esas organizaciones no representan a nadie y que se nutren con fondos de organismos internacionales. Vergüenza debería dar a los políticos que así se expresan. Veamos.

Primero, las organizaciones de la sociedad civil siempre serán pequeñas con relación a los partidos. Su objetivo es representar intereses diversos que se aglutinan en un sinnúmero de organizaciones sociales, ya sea en torno a identidades personales, laborales, territoriales o temáticas. Por eso hay muchas organizaciones religiosas, muchas organizaciones de mujeres, muchas organizaciones de jóvenes, muchas organizaciones sindicales y campesinas, muchas organizaciones profesionales y empresariales, muchas organizaciones de padres de la escuela, muchas juntas de vecinos, etc.

Estas organizaciones hacen política en mayor o menor medida en tanto promueven los intereses de los sectores que representan, pero su propósito no es llegar al poder para dirigir el Estado. Los partidos, por el contrario, existen para alcanzar el control del Estado y compiten con tal propósito. Por eso tienen que expandir su membresía para captar votantes, no así las organizaciones de la sociedad civil.

Segundo, con excepción del empresariado que cuenta con recursos para financiar bien sus asociaciones, la mayoría de las organizaciones de la sociedad civil tienen escaso financiamiento, y en la sociedad dominicana no hay fuerte tradición de financiar organizaciones sociales con fondos locales. Por eso muchas organizaciones de la sociedad civil tienen que recurrir al financiamiento de organismos internacionales.

Los partidos políticos, por el contrario, tienen abundancia de dinero y las fuentes son diversas. Se benefician del financiamiento público que establece la Ley Electoral 275-97, con un acápite para los partidos de 0.50% del presupuesto anual del gobierno en años electorales y 0.25% en años no electorales. Esa misma Ley establece que los partidos pueden obtener donaciones privadas sin establecer límites en los montos. Además, los partidos se benefician del presupuesto público en todas las instancias del Estado mediante el clientelismo y la corrupción cuando están en el poder.

Esto significa que los partidos políticos son las entidades mejor subsidiadas de la sociedad dominicana, lo que les facilita ganar adeptos y aplastar a muchas organizaciones de la sociedad civil, sobre todo a las que cuestionan las gestiones gubernamentales.

Por el contrario, el subsidio que el gobierno otorga a algunas organizaciones de la sociedad civil tiende a ser pequeño para las labores que realizan, y a veces el gobierno se retrasa en la entrega de recursos, o no entrega todas las partidas prometidas. Por ejemplo, al finalizar el año 2010, algunas organizaciones de la sociedad civil no recibieron el subsidio completo porque el gobierno supuestamente no tenía dinero.

Para comprender la magnitud del problema hay que tener presente que muchas organizaciones de la sociedad civil realizan el trabajo social con sectores vulnerables de la población dominicana que el Estado abandona a su suerte: niños desamparados, personas discapacitadas, o mujeres pobres. Además, estas organizaciones asumen causas sociales loables que los partidos y el gobierno abandonan o manipulan, como el caso de la lucha por el 4%.

En República Dominicana, es claro, hay un desbalance entre el acceso a los recursos económicos que tienen los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil, a pesar de las  múltiples actividades necesarias que realizan estas organizaciones sociales.

Ojo: la democracia se nutre de un sistema de partidos fuerte, pero también de una sociedad civil fuerte y con autonomía del Estado y los partidos.

Gobierno, partidos: no golpeen las más chiquitas.

 

Cuando la gente se harta febrero 2, 2011

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 7:38 am

Rosario Espinal

 Artículo publicado en el periódico HOY el miércoles 2 de febrero de 2011

Las ciencias sociales no muestran buen record en la predicción de revueltas y revoluciones. Las insurrecciones populares surgen casi siempre de manera sorpresiva, aunque a posteriori se ofrezcan explicaciones con cierta coherencia. Así sucede ahora con las movilizaciones en el norte de África, que por su furor amenazan con tener un efecto en el mundo árabe.

El autoritarismo y la pobreza no son nuevos en esos países y los problemas están ahí desde hace tiempo.

Predominan las gerontocracias gubernamentales, ya sea por edad de los presidentes, por longevidad de los regímenes autocráticos, o por ambas cosas.

La coerción ha primado para ejercer control social, el desempleo es alto aún en las capas medias, y muchos jóvenes no perciben un futuro promisorio. La mayoría de la población es joven.

Por décadas, estos regímenes represivos como los de Ben Ali en Túnez y Hosni Mubarak en Egipto han mantenido sus países oprimidos con el apoyo de Estados Unidos y Europa. Pero un día, y así sucede casi siempre, una gota derrama la copa que siempre estuvo llena de problemas.

En Túnez fue la autoinmolación de un joven universitario convertido en vendedor ambulante. Luego se auto inmolaron otros, y después, muchos amasaron coraje para salir a las calles a protestar.

El contagio social magnifica la acción porque se conjuga la razón y la emoción, y el sentido de solidaridad se impone ante la desventura. Ser parte de una causa social derriba la tendencia individualista a refugiarse en sí mismo, o a discernir en solitud acerca de los acontecimientos sociales.

El pasado domingo 30 de enero, el periódico El País publicó un artículo titulado: “¿Quiénes hacen la revolución?” Fue una sinopsis de comentarios de egipcios que captó bien el clamor que emerge de una misma queja: los gobernantes tienen lo que el pueblo carece, lo que el pueblo desea y lo que el pueblo merece.

La cita textual de un trabajador hotelero ilustra el sentimiento que incitó a la acción contra el gobierno de Mubarak: «Lleva demasiados años en el poder y hace mucho que se ha olvidado de nosotros, que tenemos una precaria educación para nuestros hijos y vivimos sin la esperanza de poder prosperar».

Es harto sabido que las revueltas y revoluciones no son sólo producto de la pobreza. El factor fundamental que engendra espacios de efervescencia social es la desigualdad que irrita y la creciente expectativa de mejoría que la gente no logra satisfacer. En este contexto la ciudadanía conecta la comprensión de los problemas y la ira emocional que juntas llevan a la acción política.

Pero la movilización, por más impresionante que sea, casi nunca es suficiente para derrumbar gobiernos. Se necesitan fracturas al interior del bloque de poder.

En Túnez, y sobre todo en Egipto, el papel de los militares será crucial en apagar o facilitar la posibilidad de cambios reales, porque esas dictaduras personalistas se han sedimentado en ejércitos financiados por Estados Unidos y Europa, y la estabilidad política del mundo árabe petrolero es vital para ellos.

Acostumbrados a ignorar las violaciones a los derechos humanos a cambio de estabilidad, Estados Unidos y Europa enfrentan ahora la difícil decisión de qué hacer ante la avalancha de protestas populares. No pueden insuflar de poder a los gobiernos existentes porque la población se hartó de ellos, pero les aterra que caigan por la libre por temor a que capitalicen en el caos los fundamentalistas islámicos.

El horno está caliente y la gente espera respuesta. Aunque apaguen el internet y los celulares temporalmente, estamos en pleno siglo XXI, y los leaks serán parte integral de la política internacional.

Enlace al periódico HOY: http://www.hoy.com.do/opiniones/2011/2/1/360529/Cuando-la-gente-se-harta