Ventanas en el Espacio

VENTANAS EN EL ESPACIO

El PLD descabezado junio 27, 2018

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 12:38 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el 27 de junio de 2018 en el periódico HOY 

¿Es exagerado el título de este artículo? Veamos. El presidente del PLD, Leonel Fernández, aspira a la candidatura presidencial de su partido para el 2020. El secretario general, Reynaldo Pared Pérez, también aspira a la candidatura presidencial. Ninguno ha renunciado de sus funciones. El secretario de organización, Félix Bautista, ha sido suspendido temporalmente de esa función por un expediente que dio a conocer el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. El secretario de finanzas, Víctor Díaz Rúa, ha sido también suspendido temporalmente por la acusación del Ministerio Público en el escándalo de corrupción Odebrecht. O sea que, los cuatro principales dirigentes del PLD se encuentran inmersos en asuntos que contravienen su rol de dirección.

Por mucho tiempo, el PLD promocionó una identidad basada en la disciplina partidaria y el centralismo democrático. Por ende, se decía, que era un partido unido. Posteriormente se agregó el argumento de que la necesidad de seguir en el poder hacía que los peledeístas, a pesar de sus conflictos, permanecieran unidos. ¡Juntos hasta el 2044!, por lo menos.

En este momento, todos esos argumentos se tambalean.

El Comité Político, máxima instancia de decisión partidaria, no se convoca con regularidad porque no hay manera de ponerse de acuerdo. El centralismo democrático falla. Si se tratara de construir mayoría simple en las votaciones no habría problema; eso existe. La dificultad radica en que lo que desea un sector es contrario a lo que desea el otro. El leonelismo y el danilismo andan por caminos diferentes.

El centralismo democrático funcionó cuando era más centralismo que democracia. Así fue cuando Juan Bosch era el líder máximo, y cuando Leonel Fernández era el líder máximo. Pero durante la presidencia de Danilo Medina, el PLD dejó de tener un líder máximo. Ahora hay dos y en disputa.

Dado que en el partido había más centralismo que democracia, después de 2012, no ha habido forma de ejercer el centralismo sin un líder máximo. Tampoco se ha desarrollado la democracia partidaria. Las máximas autoridades del partido han estado más más interesadas en promover sus aspiraciones e intereses que en institucionalizar el partido. Ojo: tanto el presidente del PLD como el secretario general aspiraron a la candidatura presidencial en el 2016 y aspiran para el 2020. Árbitros no pueden ser.

Con la estructura de dirigencia descabezada, el PLD se avoca a grandes conflictos partidarios en el proceso de selección de candidaturas para el 2020.

Siempre se ha supuesto, dentro y fuera del PLD, que el Comité Político resuelve los impases y da las instrucciones en base al “consenso”. Pero ese comité ya no funciona así. En el mejor de los casos, es un espacio de competencia de poder donde gana quien tenga más votos.

La dirigencia del PLD desperdició las últimas dos décadas para organizar un partido democrático. Si lo hubiesen hecho, hoy no estaríamos hablando de conflictos entre Leonel y Danilo ni de repostulaciones presidenciales, no tendríamos acuerdos que de un porrazo garantizaran la repostulación de muchos ocupantes de cargos legislativos y municipales por ineptos que sean, y no hubiera quizás tantos escándalos de corrupción.

La dirigencia máxima del PLD es la única responsable de la situación en que se encuentran, y la ciudadanía observa el desbarajuste del PLD.

Estar en el poder les ayuda a solventar problemas. La debilidad de la oposición les ayuda a convivir con malquerencias. Que no haya una crisis macroeconómica les da respiro. Pero que quede claro, el PLD está descabezado y enfrenta grandes riesgos.

Enlace al periódico HOY: http://hoy.com.do/el-pld-descabezado/

 

El aborto, ¡en el país del Papa Francisco! junio 20, 2018

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:24 am

Rosario Espinal

Articulo publicado el miércoles 20 de junio de 2018 en el periódico HOY 

Cuando Jorge Mario Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires, el Congreso argentino aprobó el matrimonio igualitario, mediante el cual reconoció los mismos derechos legales a las parejas heterosexuales y del mismo sexo. Argentina fue vanguardia en la región en ese tema. Posteriormente, Bergoglio fue electo Papa. O sea que, la decisión de los legisladores argentinos de aprobar el matrimonio igualitario no resultó en una penalización para que Bergoglio accediera al papado. Hoy, Francisco está en el Vaticano y Argentina existe con mayores derechos civiles.

La semana pasada, la Cámara de Diputados argentina debatió la despenalización del aborto sin causales en las primeras 14 semanas (en Argentina se permite la interrupción por causales desde hace mucho tiempo). Después de grandes movilizaciones sociales a favor de la despenalización sin causales, una mayoría de los diputados votó a favor de la despenalización. El proyecto irá al Senado donde se espera otra batalla.

A pesar de ese voto favorable a la despenalización de los diputados argentinos, al Papa Francisco no lo han destituido de su cargo, y Argentina sigue siendo Argentina. Como también Irlanda (la católica) sigue siendo Irlanda después que más del 60% de la ciudadanía votó hace varias semanas a favor de modificar un artículo de la Constitución que impide la despenalización del aborto.

El punto central es éste: aunque las iglesias tienen absoluto derecho a expresar sus ideas y exigir a sus feligreses el cumplimiento de mandatos religiosos, los legisladores en una sociedad democrática no están para el proselitismo religioso. Su función es legislar para toda la ciudadanía.

Independientemente de las posiciones ideológicas, a la que todo el mundo tiene derecho, la diferencia entre penalizar todo tipo de aborto y despenalizarlo (ya sea por causales, o sin causales durante las primeras semanas del embarazo) es que, si se penaliza totalmente, ninguna mujer tiene opción de interrumpir un embarazo no importa cuán adversas sean las circunstancias. Si se despenaliza, ninguna mujer está obligada a hacerse un aborto.

Cuando en un país se prohíbe totalmente el aborto, como en la República Dominicana, todas las mujeres están condenadas a mantener un embarazo, inclusive cuando el embarazo es producto de una violación o incesto, o cuando peligra la salud de la mujer. Imponer esa obligatoriedad a las mujeres es antidemocrático.

Los políticos dominicanos se han caracterizado históricamente por desdeñar al pueblo, y sobre todo a las mujeres. Por eso los legisladores dominicanos siguen intentando, aún en pleno siglo 21, restringir los derechos de las mujeres con una desfachatez vergonzosa. Y para colmo, se escudan en el chantaje de algunos jerarcas religiosos para justificarse.

Ninguna religión es paraíso para las mujeres. Miren las prácticas del judaísmo, el cristianismo y el islam. Las mujeres son seres secundarios, inferiores, aunque constituyen la inmensa mayoría de la feligresía.

Sería fabuloso si las religiones cambiaran, si llegaran a practicar la igualdad entre los hombres y las mujeres. Pero mientras eso llega, y como podría tardar muchísimo, los legisladores y gobernantes deben entender que su función es laica, no religiosa; que su función es hacer las leyes que establezcan derechos y responsabilidades, no pecados; que su función es legislar y gobernar para toda la población, no para un segmento por grande y poderoso que sea.

Corresponde al Estado, no a las religiones, permitir que las mujeres decidan si continúan o no con un embarazo y establecer las condiciones. ¡Entiéndanlo bien legisladores dominicanos! Engaveten los cucos religiosos y el oportunismo político en que se cobijan para abusar de las mujeres.

Enlace al periódico HOY: http://hoy.com.do/el-aborto-en-el-pais-del-papa-francisco/

 

¿Qué veo? junio 13, 2018

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 3:27 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 13 de junio de 2018 en el periódico HOY 

En un artículo reciente escribí que la marrulla es el modus vivendi de los partidos y de muchos políticos dominicanos. Se nutren del dinero de muchas fuentes y no quieren dar cuentas. Tienen vocación vitalicia y para mantenerse en el poder juegan sucio.

Veamos. Reciben dinero del Presupuesto Nacional sin mayor control sobre el uso de esos fondos. Reciben donaciones privadas sin dar cuentas de cuánto reciben, de quién reciben, y en qué lo gastan. No tienen ni quieren control y alegan persecución si se les cuestiona. Por tanto, no hay que esperar buenas garras para el financiamiento si se aprueba una Ley de Partidos o una Ley Electoral.

Tampoco quieren estricta regulación de la publicidad en campaña; mucho menos los partidos y candidatos con más recursos para promocionarse. En ese propósito tienen la ayuda de los dueños de medios de comunicación y los comunicadores que hacen su agosto en época electoral. Muchos viven del bla, bla, bla.

Incluso en época no electoral, hay cantidad de anuncios en los medios de entidades gubernamentales, cortesía del erario público. Por tanto, no esperen en las leyes estrictos controles del tiempo y cantidad de la propaganda.

El tema de las primarias ha copado la atención, y es un gran reto que enfrentan los partidos. Cada bando prefiere un tipo de primarias diferente en función de sus intereses; es decir, cómo ganar más fácil la nominación.

Ojo: no es por democracia que se debaten los tipos de primarias; es por la lucha de poder entre facciones políticas para el control de las nominaciones. Por tanto, hay tremendo tranque.

Después de darle seguimiento a la política dominicana por mucho tiempo, no veo por ningún lado un compromiso serio y sincero de los políticos con la democracia.

¿Qué veo?

Veo bandos enfrentados que se dividen y crean otros bandos. Veo el sistema de partidos fracturándose. Veo la prevalencia del interés grupal.

Veo un Gobierno del PLD sin contrapesos, inmerso en escándalos de corrupción e intenciones vitalicias; incapaz ya de entusiasmar amplios segmentos de la ciudadanía.

Veo una oposición sin rumbo ni propuestas que convoque una mayoría de la ciudadanía a apoyarlos. Veo una oposición tan desgastada como el Gobierno, con la diferencia de que el pastel no les llega tan abundante.

Veo una caterva de políticos con aspiraciones a todos los puestos. Veo la posibilidad de que algún desquiciado de marca mayor llegue eventualmente a dirigir este país por cansancio de la población o por inclinación autoritaria.

Veo una sociedad insatisfecha, que se acomoda porque no hay más opciones en la mesa. Una sociedad en la antesala del hartazgo y los políticos tan campantes, no se dan cuenta o prefieren ignorarlo. Piensan o propagan que hacen el bien como si la ceguera fuera la marca de la dominicanidad.

Veo a las redes sociales llenar el tiempo, la energía y las utopías de los diestros en la comunicación electrónica. Veo que en su ajetreo mediático asumen una realidad distorsionada y entran en guerras imaginarias, en un dime y te diré, que a la inmensa mayoría de la población ni siquiera les llega (por suerte).

Veo delincuencia, zozobras, menores sexualmente abusadas, feminicidios, muertes maternas, basura, apagones, túneles y elevados congestionados, accidentes de tránsito, surcos vacíos de ríos que ya no corren. Veo Odebrecht, Súper Tucanos, la OMSA, etc., etc.

Y también veo un mar azul precioso y mucha gente trabajadora con un sueño: que este país sea un lugar mucho mejor, no en cien años, sino ahora, ¡ya!

Enlace al periódico HOY: http://hoy.com.do/que-veo/

 

A la reina la dejaron entrar, ¿y a las dominicanas? junio 6, 2018

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 6:25 pm

Rosario Espinal

Articulo publicado el miércoles 6 de junio de 2018 en el periódico HOY 

La reina Letizia visitó la República Dominicana hace unos días y en todas las fotos que vi en los periódicos aparecía con vestido o blusa sin mangas. Eso incluyó la visita al Palacio Nacional.

Quienes no han tenido la experiencia, o no lo saben, en este país hay instituciones públicas donde no se permite a las mujeres entrar con un vestido o blusa sin mangas (también se prohíbe entrar en sandalias, camisetas y en pantalones cortos, incluidos los hombres). Es el código de vestimenta.

Lo de pantalones cortos lo entendería por la informalidad, pero la prohibición de mangas cortas a las mujeres no tiene sentido.

No hablo de mujeres que trabajan en esas instituciones, a ellas les pueden exigir uniformes con mangas si así desean los directivos. Me refiero a que esta exigencia es a personas que buscan un servicio o asisten a una actividad.

No sé la razón de la medida, pero supongo que se justifica con el argumento en que esas instituciones son lugares solemnes, honorables, donde enseñar la carne de los brazos de una mujer es inapropiado (lo mismo dicen los musulmanes que requieren que las mujeres se cubran todo el cuerpo, la cabeza, y en algunos casos hasta la cara para preservar la pureza y honorabilidad).

Para compensar por los inconvenientes que genera el código de vestimenta, en las instituciones públicas tienen chaquetas para prestarlas a las mujeres que lleguen con ropa sin mangas. El momento es engorroso: paran a la mujer, le dicen que no puede entrar, que para entrar tiene que cubrirse los brazos, y que para eso le van a prestar una chaqueta.

Hay por lo menos cuatro razones para rechazar esta exigencia y pedir que se derogue esa medida en las instituciones públicas que la tienen.

Primero, no hay nada negativo o pecaminoso con que una mujer lleve puesto un vestido o una blusa sin mangas. Los brazos no son ni siquiera una zona erótica del cuerpo.

Segundo, no hay razón para exigirle a una mujer que se ponga una chaqueta que otras personas han usado, que no le gusta, o no le pega con la ropa que lleva puesta.

Tercero, es una violación a la honorabilidad de la mujer que la traten como una persona incorrecta cuando no ha hecho nada incorrecto. Repito, llevar un vestido o una blusa sin mangas no es inapropiado ni tampoco muestra de informalidad.

Cuarto, este es un país tropical, de mucho calor, donde muchas mujeres no tienen vehículo con aire acondicionado para transportarse, tienen que tomar un concho o caminar para llegar a un lugar. Exigir que las mujeres lleven todas un vestido o blusa con mangas es contradictorio con el clima de este país y el sistema de transporte.

Si a la reina Letizia (que iba en vehículo muy confortable con aire) la dejaron entrar sin mangas a las instituciones que visitó, incluido el Palacio Nacional, es tiempo de que las instituciones públicas eliminen la disposición de las mangas.

La honorabilidad en esas instituciones no está en cubrirse los brazos y los pies. Está en no robar, en ofrecer servicios de calidad a la ciudadanía, y velar por sus derechos.

Como dice el refrán, la fiebre no está en la sábana. En este caso, la honorabilidad y la solemnidad no están en los brazos ni en los pies.

No hay que ser víctima de medidas arbitrarias ni de ridiculeces administrativas.

Enlace al periódico HOY: http://hoy.com.do/a-la-reina-la-dejaron-entrar-y-a-las-dominicanas/