Ventanas en el Espacio

VENTANAS EN EL ESPACIO

Trabajan pal’ inglés: ¡cuánta suerte tiene el PLD! abril 27, 2016

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 6:44 am

Foto de Rosario Espinal para BlogRosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 27 de abril de 2016 en el periódico HOY 

En 1996, impedido constitucionalmente de postularse nueva vez a la presidencia, Joaquín Balaguer dejó a su suerte al candidato del PRSC, Jacinto Peynado. Quedó en tercer lugar en la primera vuelta. En la segunda compitieron José Francisco Peña Gómez por el PRD y Leonel Fernández por el PLD. Negado a que un negro de origen haitiano llegara a la presidencia, Balaguer decidió apoyar la candidatura del PLD. Ahí comenzó la migración de votantes balagueristas hacia el PLD.

En las elecciones del año 2000, casi en la tumba, Balaguer se postuló nuevamente. Sólo captó el 25%, el PLD con Danilo Medina obtuvo otro 25%, e Hipólito Mejía fue declarado ganador con el 50.

Muerto Balaguer en el 2002, el reformismo se fue a pique división tras división. Sin votantes, la dirigencia reformista se ha dedicado a buscar beneficios en alianzas con el PLD, el PRD y ahora el PRM. La masa electoral balaguerista se quedó con el PLD.

La división del PRD en el 2014 dejó a Miguel Vargas con un partido disminuido. Destinados a perder en el 2016, decidieron aliarse a Danilo Medina en la reforma constitucional de 2015. Apoyaron la reelección a cambio de beneficios, y ahora el PRD trabaja arduamente para llevar votos perredeístas al PLD. Al final, lo que el PRD obtenga en cargos y contratos del gobierno dependerá del caudal de votos que aporten en la coalición.

Este traspase de votantes perredeístas al PLD es una de las trabas principales que enfrenta el PRM para crecer, porque su franja natural de votantes es precisamente el perredeísmo. Si una parte se va con el PRD a apoyar el PLD, el PRM se queda corto en la carrera como vienen mostrando las encuestas.

Los votos que llevará el PRD al PLD son cruciales para el gobierno. Sirven para compensar por los aliados que se fueron, y además, ayudan a apuntalar la súper-mayoría electoral que busca Danilo Medina.

En estas elecciones hay un total de ocho candidaturas presidenciales. De ellas, seis son de partidos minoritarios: Guillermo Moreno de Alianza País, Minoú Tavárez Mirabal de Alianza Por la Democracia (APD), Pelegrín Castillo de la Fuerza Nacional Progresista (FNP), Elías Wessin Chávez del Partido Quisqueyano Demócrata Cristiano (PQDC), Soraya Aquino del Partido de Unidad Nacional (PUN, y Hatuey D’Camps del Partido Revolucionario Social Demócrata (PRSD). De esas seis minoritarias, cuatro abandonaron la alianza con el PLD (la APD, la FNP, el PQD y el PUN).

Con siete candidaturas en la oposición (el PRM más seis minoritarias), la oposición actual también terminará contribuyendo al triunfo del PLD y aliados por estas razones.

Las senadurías y alcaldías e ganan con mayoría simple en primera vuelta. Si van ocho senadores por provincia, es decir, uno por cada partido con candidatura presidencial, será más fácil para el candidato oficialista, cargado de dinero y soporte partidario, lograr el mayor porcentaje de votos entre ocho. Lo mismo sucede con los alcaldes.

Las diputaciones y regidurías se ganan por proporcionalidad, y en la repartición de escaños, los dos partidos más votados tienden a ganar todas las posiciones, sobre todo en la Cámara de Diputados, donde las circunscripciones son medianas o pequeñas.

Moraleja: para destronar al PLD del poder se necesita una fuerte unidad de la oposición. No de toda porque hay incompatibilidades insalvables, pero sí de un segmento importante que logre armonizar acuerdos democráticos atractivos a la población. Eso no cuajó en estas elecciones. Por eso, como dice el refrán, trabajan pal’ inglés. ¡Cuánta suerte tiene el PLD!

Enlace al periódico HOY: http://hoy.com.do/trabajan-pal-ingles-cuanta-suerte-tiene-el-pld/autor/rosario-espinal/

 

Brasil: la guerra de todos contra todos abril 20, 2016

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 10:25 am

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Artículo publicado el miércoles 20 de abril de 2016 en el periódico HOY 

No en vano la filosofía política ha propugnado desde hace varios siglos por impulsar la sociedad del diálogo, del contrato y los acuerdos. La alternativa es el caos y la lucha de todos contra todos sobre la que escribió Thomas Hobbes en el Leviatán, característica del estado natural antes de que existiera la organización social.

En Brasil colapsa la organización política que se articuló luego de la transición democrática de 1985. Durante este período, ha predominado un sistema de muchos partidos, la mayoría pequeños con impacto regional, que han debido integrarse a las grandes coaliciones para formar el gobierno federal. Por ejemplo, el Partido de los Trabajadores (PT) para gobernar durante cuatro períodos, ha debido pactar con muchos otros partidos. Estos pactos tienen un carácter eminentemente clientelar, mediado por la corrupción. Y aquí radica el problema.

El sistema clientelar en Brasil es muy extenso a nivel federal, regional y local. Por eso, una vez se abrió la compuerta de acusaciones, es difícil cerrarla; son muchos los involucrados. De ahí la cantidad de funcionarios públicos y privados acusados, hasta llegar a la presidenta Dilma Rousseff y al legendario, aunque ahora debilitado, Lula Da Silva.

La corrupción siempre ha estado presente en Brasil, no es novedad. Los escándalos explotan en tiempos más recientes en un contexto de intentos fallidos de la oposición por ganarle elecciones al PT, específicamente con la reelección de Dilma, y el decrecimiento económico por la reducción de precios de las materias primas, en particular, el petróleo.

Según los reportes de prensa, el desparpajo entre los 513 diputados durante la votación contra Dilma fue patético. El objetivo era lincharla políticamente en nombre de lo que fuera: un hijo, una mujer, Dios, el evangelio, un militar, la familia. Cualquier razón fue instrumento para justificar el juicio, y pocos se refirieron a los manejos fiscales, motivo original de la acusación contra ella.

Probablemente, Dilma Rousseff no esté libre de pecados políticos. En los muchos años que lleva el PT en el poder, ella ha sido pieza clave en sus gobiernos, tiempo en el que no comenzó, pero sí se expandió, la corrupción,

Sin embargo, las acusaciones que pesan contra ella no son como las que pesan sobre otros; no es corrupción crasa, sino mal manejo de déficit fiscales. Pero Brasil está en un punto en que la corrupción es el sello distintivo de políticos y grandes empresarios, y en ese contexto, quien preside el país es principal responsable y blanco de ataques. Para colmo, los mismos políticos enjuiciadores tienen expedientes de corrupción, incluido el jefe de los diputados.

A diferencia de Lula, Dilma es de bajo carisma, de limitado arraigo popular; es más una tecnócrata. Ese ha sido siempre un déficit en su gestión presidencial, y dificulta que sobreviva una avalancha de acusaciones y la búsqueda de culpables en medio de una crisis económica que afecta a muchos.

Sin tanto decrecimiento económico, y con un sistema de partidos menos corrupto y menos fragmentado, quizás Brasil estuviera sorteando los problemas de manera más organizada.

Pero confluye actualmente una confrontación política, económica y social altamente desestabilizante. La corrupción hizo metástasis. Las protestas abundan. La oposición al PT busca el retorno al poder. La recesión económica restringe las ganancias al capital y golpea el pueblo. Los programas sociales están en riesgo por el imperativo de hacer ajustes fiscales. La coalición de partidos en torno al PT se desmorona porque ya no hay certeza de beneficios, y los políticos evangélicos buscan notoriedad y ascenso en medio del caos.

Enlace al periódico HOY: http://hoy.com.do/brasil-la-guerra-de-todos-contra-todos/autor/rosario-espinal/

 

Súper mayoría, polarización o dispersión del voto abril 13, 2016

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:29 pm

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 Artículo publicado el miércoles 13 de abril de 2016 en el periódico HOY

A un mes de las elecciones generales del 15 de mayo próximo, vale la pena comentar los supuestos principales que han orientado los cálculos electorales de las distintas fuerzas políticas que participan en la contienda.

Desde la transición de 1978, el historial dominicano es claro: ha predominado la concentración del voto en dos fuerzas políticas en cada proceso electoral, excepto en el periodo 1986-2000, cuando se produjo el tripartidismo con la emergencia del PLD como fuerza electoral.

Pero nada es eterno en política, y en cada contexto electoral, las fuerzas que compiten hacen sus proyecciones en función de determinados supuestos.

Para las elecciones de 2016, el gobierno de Danilo Medina ha apostado a la híper-concentración del voto a su favor. La estrategia del gobierno y de la campaña se ha fundamentado en el logro de una súper mayoría. Para eso trabajan, y cada decisión importante está orientada a alcanzar este objetivo.

Lograr una súper mayoría cercana al 60% es muy difícil en cualquier sistema político competitivo. Por eso el gobierno se ha enfocado en políticas públicas de impacto popular que generen alta aprobación de la gestión presidencial, en una gran presencia mediática, y en una amplia coalición de partidos. Para alcanzar el objetivo, el gobierno también cuenta con amplios recursos económicos y administrativos.

El PRM, ahora principal partido de oposición, ha apostado a la polarización del voto para ganar las elecciones, o por lo menos, asegurar el estatus de principal partido de oposición. Para alcanzar ese objetivo cuenta fundamentalmente con la base electoral perredeísta. Su gran desafío, como señalé en mi artículo de la semana pasada, es recomponer y dinamizar esa masa votante que se disputa con el PRD, y que el PRD busca arrastrar al PLD.

Los partidos minoritarios, por el contrario, han apostado a la dispersión del voto. Es decir, a que los electores desencantados del PLD, del PRD o del PRM, emigren a apoyarlos. Esta lógica ha nutrido la idea de ofrecer un menú de opciones electorales para que los desencantados de los partidos tradicionales escojan, y la idea de que nuevas opciones motivarán a los abstencionistas a emitir un voto de cambio.

Las elecciones del 15 de mayo serán una prueba de estos supuestos.

Los problemas principales de la híper-concentración son la falta de controles políticos efectivos y de alternabilidad. La democracia no se fundamenta en poderes únicos.

Por otra parte, la dispersión del voto es poco atractiva al electorado en sistemas presidenciales. Se produce generalmente cuando el sistema de partidos colapsa.

En los sistemas parlamentarios para formar gobierno y gobernar se necesita una mayoría constante, por lo cual, fuerzas nuevas pueden poner en jaque el sistema político. Así ocurre ahora en España, donde la dispersión del voto en las últimas elecciones con el ascenso de Podemos y Ciudadanos ha impedido a las fuerzas políticas tradicionales del PP y el PSOE formar gobierno.

En los sistemas presidenciales, la dispersión del voto tiene limitada utilidad representativa porque la presidencia se constituye con un mecanismo de mayoría y se establece rápidamente. El presidente se elige generalmente por mayoría simple en primera vuelta o por mayoría calificada en primera o segunda vuelta, y si hay dos vueltas, sólo compiten las dos opciones más votadas.

En estas elecciones se ha barajado si llegó el momento de que surja una nueva mayoría electoral que desplace al PLD del poder, pero varias encuestas importantes apuntan a la híper-concentración del voto a favor del continuismo. Sólo queda saber si el electorado dará alguna sorpresa el 15 de mayo.

Enlace al periódico HOY: http://hoy.com.do/super-mayoria-polarizacion-o-dispersion-del-voto/autor/rosario-espinal/

 

PRM: el reto mayor abril 6, 2016

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 7:29 am

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 Artículo publicado en el periódico HOY el miércoles 6 de abril de 2016                                                            

Los principales partidos dominicanos se están desarticulando uno a uno. El PRSC se ha dividido varias veces, y el PRD se dividió en dos, originándose el PRM. Para ser competitivo en esta contienda electoral, el PRM enfrenta inmensos desafíos propios, y uno en particular.

No es fácil articular un partido en corto tiempo aunque muchos de sus dirigentes sean viejos perredeístas. Los partidos, además de activistas y operadores políticos, necesitan forjar conexión con la sociedad, generar esperanzas y credibilidad. Una fuerza político-partidaria sólo surge al vapor cuando colapsa todo el sistema de partidos, lo que no ha ocurrido aún en República Dominicana.

El PRM nació con dos facciones internas no del todo armonizadas: la de Hipólito Mejía y Luis Abinader. Compaginar los intereses de facciones es siempre difícil en un partido político, y más aún en uno en construcción. En este caso, la situación se complica por la proclividad al éxodo con un PRD con recursos, que trabaja activamente para llevar votos perredeístas al PLD.

Para desafiar la candidatura oficialista de Danilo Medina, el PRM necesitaría captar todos los votos perredeístas (el 47% que obtuvo Hipólito Mejía en el 2012). Es la única estrategia que auguraría éxito; es su reto mayor. En eso está en competencia con el PRD.

El PRM se alió al PRSC, que no tiene una cantera importante de votos porque ese partido colapsó electoralmente. Por ahí no hay posibilidades de crecimiento Producto de esa alianza, más crecerá nominalmente el PRSC, porque muchos perremeístas depositarán su voto en la casilla #3 sin saber que están beneficiando al PRSC. Es decir, la colocación de la foto de Luis Abinader en la casilla #3 hace que los votos perremeístas se dividan entre el PRM y el PRSC, y los reformistas se atribuirán como propios todos los votos en su casilla. Además, la alianza con el PRSC aleja al PRM de hacer una oferta nueva y creíble a la sociedad dominicana, porque casi nadie en este país asocia el PRSC con novedad, ni anti-corrupción, ni justicia social.

El PRM no pudo forjar una alianza con los segmentos políticos de propuestas más progresistas. Guillermo Moreno y Minou Tavárez Mirabal optaron por llevar candidaturas propias. Esos votos de oposición no irán a la cantera perremeísta. Lo planteo simplemente como una cuestión de matemática electoral, no de reclamación ni culpabilidad.

Luis Abinader y Carolina Mejía tienen que compensar con su juventud la limitada experiencia político-partidaria. Ambos provienen de familias políticas, pero ninguno ha ocupado una posición electiva. Tienen el potencial de éxito con una base electoral que heredan del PRD, pero les toca ahora recomponerla y dinamizarla, y evitar que el PRD se lleve una gran parte a apoyar el PLD. Para eso, el PRM necesita, además de recursos, mejor asesoría y mejor estrategia.

Los votantes no son infinitos. Para el PRM acercarse al 50% tiene que aglutinar todos los votos perredeístas, porque las otras franjas de oposición van por cuenta propia, y no se avizora un fuerte desmembramiento de votantes del PLD que pasen a la oposición.

Si el PRM logra agrupar y dinamizar los votantes perredeístas, sus números mejorarán en las próximas semanas. Si no, aparecerá en lo que resta de campaña como un partido estancado o a la deriva.

En estas elecciones se juega el posicionamiento del PRM en el sistema de partidos dominicano. Ese posicionamiento se medirá no tanto por un triunfo electoral el 15 de mayo próximo, sino por su capacidad o no de aglutinar los votos perredeístas. Ahí está su cantera de votantes y su reto mayor.

Enlace al periódico HOY: http://hoy.com.do/prm-el-reto-mayor/autor/rosario-espinal/