Ventanas en el Espacio

VENTANAS EN EL ESPACIO

60 años después noviembre 25, 2020

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 1:25 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 25 de noviembre de 2020 en el periódico HOY 

El asesinato de las hermanas Mirabal marcó el comienzo del fin de la dictadura de Trujillo. Acto aberrante de un régimen que llevaba 30 años oprimiendo en una pequeña isla del Caribe y no permitía más justificaciones ni apuestas a su favor.

Trujillo era temible como son todos los dictadores. Por suerte, y es el único consuelo, toda dictadura eventualmente termina. La opresión no es eterna. Hay mártires, héroes y heroínas, y eso fueron ellas, las mariposas que auguraron libertad.

La historia no la hacen los pueblos, las viven; unos pocos marcan realmente el curso de la historia. Ellas lucharon y las mataron; hicieron lo que correspondía bajo el terror y las deshicieron. Así son las dictaduras.

Cuando escucho a alguien decir que el país necesita un Trujillo solo sé que quien lo dice no vivió los horrores de la Era, ni se imagina remotamente lo que es vivir bajo el yugo de un dictador.

Las asesinaron el 25 de noviembre de 1960 en la Cumbre junto al conductor Rufino de la Cruz, cuando regresaban de la cárcel de Puerto Plata, y ya el 30 de mayo de 1961 caía también Trujillo, precisamente mientras viajaba en su vehículo. La forma fue similar. El legado todo lo contrario. Ellas lucharon contra un régimen opresor y en todo el mundo inspiran la no violencia y la libertad. El, un macho violento y perverso, aplastó a sus opositores y ultrajó a muchas mujeres.

Ni siquiera Mario Vargas Llosa, con la maestría de la prosa que le caracteriza, ha escudriñado lo suficiente en el sadismo de Trujillo, en su ejercicio del poder a partir de silenciar un pueblo, de ultrajarlo, de acribillarlo.

Lo ajusticiaron, eso sí. Loor a los valientes que lo lograron. A ellos los encarcelaron y los fusilaron, pero nunca se hizo un ajuste de cuentas. No con más muertos, sino con la justicia en manos. Cobardes, como al final son todos los dictadores y secuaces, el séquito inmediato se fue del país. Nunca juzgados.

Los matones, operadores de un régimen opresivo, se reintegraron a la sociedad dominicana como si nada hubiese sucedido. Surgieron los disturbios propios de la caída de un régimen dictatorial y la incertidumbre se extendió.

La más rudimentaria democracia no fue posible porque todos los “poderes fácticos” se sintieron amenazados por las campanas de libertad. Volvió a gobernar Joaquín Balaguer, después de un receso en el extranjero. Fueron 22 largos años, 12 sangrientos y 10 en la ancianidad, como si 31 años de Trujillato no hubiesen sido suficientes para atragantar al pueblo dominicano.

Cierto, el país fue cambiando lentamente y Balaguer no fue exactamente Trujillo. Su sadismo político era más moderado y ultrajar mujeres no era una de sus obsesiones. Pero el poder como ejercicio de la arbitrariedad siguió marcando la vida política y social dominicana entre lloros y sarcasmos.

A pesar de los cambios socioeconómicos y políticos desde 1978, la dificultad de la sociedad dominicana para aceptar que la democracia implica derechos y responsabilidades ciudadanas sigue marcando la vida política.

No deja de sorprender el reciclaje en el poder de las fuerzas conservadoras que se forjaron durante el balaguerismo en medio de corrupción y opresión. En el ocaso biológico-político de Balaguer coparon el PLD, alianza sellada con el Frente Patriótico de 1996, y ahora se abren camino también con el PRM. Mientras así sea, será muy difícil forjar la democracia en la República Dominicana. Sin progresismo, el cambio democrático seguirá siendo una ilusión torpedeada en cada ocasión.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/60-anos-despues/

 

Toque de queda: ¿qué hacer? noviembre 18, 2020

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:25 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 18 de noviembre de 2020 en el periódico HOY 

Es entendible, las limitaciones de horarios molestan a mucha gente. Es debatible, el virus circula las 24 horas del día, no solo de noche. Es preocupante, las restricciones de horarios afectan la vida económica nocturna. Por una razón u otra hay un constante cuestionamiento al toque de queda.

Pero hay una realidad: desde el principio de la pandemia se sabe que para evitar la mega propagación del virus Covid-19 hay que protegerse: usar mascarilla, mantener distanciamiento físico y aplicar medidas de higiene. Esto es fundamental para no saturar los centros de salud ni fatigar al personal médico.

La pandemia ha evidenciado que no todas las sociedades tienen el mismo nivel de autodisciplina, ni todos los gobiernos el mismo nivel de fuerza o legitimidad para imponer restricciones a la población.

En la República Dominicana, durante los primeros meses de la pandemia, el control fue arduo porque el manejo estuvo contaminado por la confrontación electoral. Luego, con la llegada del PRM al poder, las medidas restrictivas han sido menos polémicas, aunque en cada extensión del toque de queda se renueva el debate de si es necesario o no. Ahora vuelve de nuevo por la Navidad y fin de año.

Es cierto que el virus no se propaga solo de noche. Lo que se ha buscado con el toque de queda nocturno es reducir los contactos humanos en las horas de menor impacto económico. Pero también es cierto que el contagio puede producirse en el hogar, si alguien salió y se contagió. Por eso el dilema de cuánto abrir o cerrar no es sencillo.

Se ha dicho mucho que las decisiones deben tomarse en base a medidas cuantitativas de progresión del virus. ¡Tiene sentido! Excepto que, cuando el nivel de contagio declina, si se flexibilizan las restricciones puede producirse un repunte como ocurre actualmente en varios países europeos, donde en los primeros meses se establecieron fuertes controles. En Estados Unidos, por el contrario, las medidas de control han sido tenues en muchos estados y hay un alto nivel de contagio y muertes.

En la República Dominicana ha prevalecido un híbrido: la movilidad se ha restringido por el toque de queda nocturno. Por tanto, el sector más afectado ha sido el del entretenimiento (bares, restaurantes, estadios, etc.) Son actividades de alta densidad y no esenciales. Pero ese sector emplea mano de obra y registra muchas pequeñas y medianas empresas.

Como la tasa de mortalidad por Covid-19 en la República Dominicana no ha sido tan alta (21 por 100 mil habitantes, comparado con 87 en España y 75 en Estados Unidos) y en los hospitales hay actualmente capacidad de atención, considero que a partir del 10 de diciembre podría eliminarse el toque de queda, o establecerse de 11:00 p.m. a 5:00 a.m., sin imponerlo el 24 ni el 31 de diciembre. La situación se evaluaría nuevamente a principios de enero.

Es entendible el temor de las autoridades a un fuerte rebrote si se levanta el toque de queda, pero en algún momento hay que hacerlo. Levantarlo no significa eliminar todos los controles de horarios de los negocios que impliquen aglomeración de personas. Tampoco que se permitirán todas las actividades que quisiera la gente.

Con un clima fresco del invierno tropical, es posible facilitar que los restaurantes habiliten espacios al aire libre para operar con mayor distanciamiento. En países con inviernos crudos lo están haciendo.

Lo importante es que en los próximos días se evalúen todas las opciones para conjugar de la mejor manera las restricciones con las facilidades.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/toque-de-queda-que-hacer/

 

Elecciones en Estados Unidos: la socio-demografía y la pandemia noviembre 11, 2020

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:54 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 11 de noviembre 2020 en el periódico HOY 

En Estados Unidos, diversos medios de comunicación realizan encuestas después de las votaciones para conocer las características de los electores. Esta información es de importancia sociológica y también para los partidos en la definición de sus estrategias.

Cinco variables sociales impactan de manera determinante el comportamiento electoral: etnia-raza, género, clase social, edad y religión. Utilizo aquí los datos de la cadena ABC News para ilustrar.

La mayoría de la población blanca votó por el Partido Republicano y la mayoría en los otros grupos étnico-raciales por el Partido Demócrata. Por el Partido Republicano votó el 57% de los blancos, el 12% de los negros, el 32% de los latinos, el 31% de los asiáticos, y el 40% de los demás grupos. Por el Partido Demócrata votó el 42% de los blancos, el 87% de los negros, el 66% de los latinos, el 63% de los asiáticos y el 58% de los otros grupos.

Las mujeres se inclinaron más que los hombres a votar por el Partido Demócrata. Los datos muestran que, entre los hombres, el 49% dijo haber votado por el Partido Republicano y el 48% por el Partido Demócrata, mientras el 56% de las mujeres votó por el Partido Demócrata y 43% por el Republicano.

Cuando se combinan raza y género se encuentra que el voto republicano es mucho mayor entre los hombres blancos y el voto demócrata entre las mujeres no blancas.

La clase social puede analizarse con distintos indicadores, pero el nivel educativo es el dato más confiable en encuestas. Las personas con nivel universitario avanzado votaron mucho más por el Partido Demócrata (62%) que quienes nunca asistieron a la universidad (48%). Cuando se combina la raza con la educación, el grupo que más votó republicano fue el de blancos que no asistieron a la universidad (64%).

Los datos muestran una fuerte correlación entre edad y voto: los electores más jóvenes tienden a votar más por el Partido Demócrata. Por ejemplo, mientras el 67% de las personas de 18 a 24 de edad dijeron haber votado demócrata, solo lo hizo el 48% de las personas con 50 años o más.

El otro factor que incide de manera importante en el voto es la religión. Los cristianos no católicos constituyen el principal bastión electoral del Partido Republicano: 62% de ellos dijo haber votado republicano, comparado con 47% de los católicos o 30% de los que no profesan ninguna religión. Y cuando se incorporan raza y religión simultáneamente, se encuentra que el apoyo electoral al Partido Republicano fue aún mayor entre los blancos cristianos (73%) que entre los blancos católicos (56%) o los que no profesan ninguna religión (33%).

Esas características sociales y los patrones de votación se manifiestan en el espacio geográfico. Las grandes ciudades son habitadas por una diversidad de personas que se inclinan por el Partido Demócrata, mientras en los suburbios y pueblos pequeños se concentra la población blanca que se inclina más por el Partido Republicano.

Aunque siempre se producen algunas diferencias que determinan el ganador, el impacto de la estructura sociodemográfica en las elecciones de 2020 fue similar a la de 2016 y años anteriores.

Ahora ayudó al triunfo del Partido Demócrata, la mayor participación electoral de los jóvenes, el voto de las mujeres negras y latinas, y de los hombres blancos de mayor nivel educativo. El detonante fue el mal manejo de la pandemia de Trump que realineó el voto en estados claves.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/elecciones-en-estados-unidos-la-socio-demografia-y-la-pandemia/

 

Un país no es una marca noviembre 4, 2020

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:22 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 4 de noviembre de 2020 en el periódico HOY 

El desarrollo del capitalismo, del mercadeo y la publicidad ha llevado a creer que todo puede convertirse en una mercancía con éxito definida o eficazmente falseada para atraer consumidores o inversionistas Así se llegó en décadas recientes a popularizar la idea de que un país puede mercadearse; presentarse como una marca para ser apetecido en distintos tipos de negocios.

¡No!, un país no es una marca, y no lo es porque un país no tiene un conjunto de características claramente definidas para ser mercadeables. Pero, sobre todo, porque un país es una sociedad humana con virtudes y defectos, con diferencias y contradicciones. No es unívoco.

¿Qué puede mercadearse como país dominicano? ¿El legado español? ¿El legado africano? ¿El indigenismo exterminado? ¿El mulataje? ¿La hospitalidad? ¿La sociabilidad? ¿La música rítmica? ¿El machismo? ¿El racismo? ¿La pobreza? ¿la riqueza? ¿La desigualdad social? ¿La corrupción? ¿Algún producto orgánico?, etc.

¡Sí!, se puede mercadear la imagen del mar azul para atraer turistas, se puede mercadear también que hay montañas, que hay una zona colonial de impronta española, que hay ritos afro-dominicanos, que se produce cacao y banano orgánico, que es la tierra del merengue y la bachata, etc. Esas son cosas específicas que existen en este país.

Pero poner trazos de la bandera dominicana a un logo no es marca país. Eso apela más al sentimiento patriótico de los dominicanos que a la búsqueda de negocios en el extranjero, que es, a fin de cuentas, lo que hay detrás de eso que se llama marca país.

Los extranjeros no tienen sentimientos patrióticos hacia la República Dominicana ni los tendrán. Les interesa algo específico y transaccional: playas, exportar, importar, invertir, etc. Y en la medida que lo ofrecido en transacciones es de buena calidad, se aseguran mejores negocios.

El nuevo logo de la marca país es problemático no solo por el supuesto plagio, sino porque lo más importante en un logo es que perdure en el tiempo, que concite a través del tiempo una asociación positiva. Eso hace un logo importante. Lo demás es sensacionalismo publicitario y gastadera innecesaria de dinero.

¿Tenía la República Dominicana un logo anteriormente? No lo sé, nunca lo noté, y si no lo noté, es probable que mucha gente tampoco lo notara. El nuevo logo ha sobresalido por la controversia suscitada del supuesto plagio. Si no, hubiera pasado sin penas ni glorias. Ahora, si van a comenzar de cero, lo mejor es tener un logo menos controversial que se añeje.

El lema “La república del mundo” es malísimo porque resalta precisamente la palabra que constituye la piedra en el zapato del nombre de este país. Muchos países tienen la palabra república en su nombre formal, pero la quitan para hacerlo más corto, fácil e impactante.

El nombre República Dominicana es muy largo, da trabajo pronunciarlo en español y en otros idiomas, y nunca se acuño solo Dominicana, aunque en algunos países latinoamericanos, para simplificar, dicen Dominicana sin mencionar la palabra república, o se refieren al país como Santo Domingo obviando así el término república (igual hacen muchos dominicanos).

Los países desarrollan una identidad no por un logo o un lema, sino porque a través del tiempo se les identifica con características y experiencias positivas o negativas, aspirando siempre a que prevalezcan las positivas.

La República Dominicana no es “La república del mundo” ni lo será. Por eso, no vale la pena malgastar dinero del pueblo en publicidad promoviendo esa idea.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/un-pais-no-es-una-marca/