Ventanas en el Espacio

VENTANAS EN EL ESPACIO

Los cheques: ¿atajarán el clientelismo? julio 28, 2021

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:18 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 28 de julio de 2021 en el periódico HOY

Para sorpresa de unos y malestar de otros, el Gobierno anunció que pagará con cheques de manera escalonada en las distintas instituciones del Estado solo por un mes. La razón ofrecida de tal medida es transparentar la nómina pública. Dicho en dominicano: eliminar botellas y nominillas. El declarado objetivo es loable, pero ¿será así?

El gobierno lleva casi un año. Para transparentar la nómina está tarde: ¿todavía no saben quién realmente trabaja en el Estado? ¡Increíble!

Para identificar posibles botellas o nominillas no hay necesidad de someter el personal público a buscar un cheque, aun sea una sola vez. Un procedimiento más simple hubiese sido requerir que cada empleado asistiera en persona ante su superior a llenar el mismo formulario que se requerirá para recibir el cheque. Los que no asistan quedan excluidos de la nómina. ¡Así de simple!

Si no lo han hecho, y ahora recurren al cheque, hay que pensar en posibles motivaciones políticas, porque ingenuos no son los políticos.

El Gobierno tiene mucha presión de los perremeístas y aliados para ser nombrados en la administración pública. Por tanto, necesitan seguir cancelando personal para sustituirlos (utilizo el verbo cancelar porque detesto desvincular en esta acepción).

Las matemáticas del empleo público son simples: no es posible mantener los que estaban y nombrar también los nuevos. Se duplicaría la ya abultada empleomanía pública; imposible carga financiera. Cancelar unos y nombrar otros es la única fórmula (se acerca agosto y casi se fue un año).

Al anunciar los cheques para transparentar la nómina, se crea un mecanismo que luego permitirá cancelar empleados bajo el argumento de que eran botellas, aun cuando no lo sean. Al final, el público no sabrá a quien cancelaron por ser botella y a quien porque se requerían vacantes para nombrar adeptos.

Habrá que esperar un tiempo para saber si la eliminación de personal que se haga por los cheques será para para atajar el clientelismo o para beneficiar a perremeístas y allegados.

Si el PRM quiere eliminar botellas y nominillas para adecentar la administración pública y ahorrar dinero, es de suponerse que en unos meses la empleomanía pública será menor y costará menos. Esa será la única evidencia. Esperemos.

Por el contrario, si la empleomanía pública el próximo año es igual o mayor que antes, entonces, los cancelados fueron reemplazados por razones políticas (palabrita que suena desagradable en esos tiempos, pero sigue siendo tan válida como antes).

El otro objetivo político que pudiera tener el Gobierno con los cheques es hacerle creer a la población que está adecentando la administración pública, para luego, en unos meses, anunciar que han hecho todo lo posible para ahorrar y, de todas formas, hay que aumentar los impuestos. ¡Ya veremos! La tan cacareada reforma fiscal va y viene.

En el capitalismo subdesarrollado, como es el dominicano, el clientelismo existe porque el Estado es el gran empleador y distribuidor de recursos. Al pasar el tiempo, el PRM habrá hecho desde el poder lo mismo que hacen todos los partidos gobernantes: pasar la aplanadora y emplear su gente.

No pudo hacerlo rápidamente por tres razones: 1) la pandemia, 2) el discurso de cambio y transparencia con que fue electo, y 3) la inexperiencia después de 16 años fuera del poder que requería una transición en la empleomanía más lenta.

Ahora el PRM tiene que responder a las demandas de su base, vital en su eventual reelección en el 2024.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/los-cheques-atajaran-el-clientelismo/

 

Cuba: longevidad del régimen julio 21, 2021

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 3:21 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 21 de julio de 2021 en el periódico HOY

En las décadas de 1960 y 1970, los Estados Unidos promovía la caída del régimen comunista cubano. No lo logró. En aquellos años, la revolución cubana encarnaba el espíritu antiimperialista, y en el contexto de la Guerra Fría, la Unión Soviética apoyaba materialmente a Cuba.

Después de la caída del Muro de Berlín, derrocar el gobierno cubano dejó de ser un objetivo de la política exterior de Estados Unidos. Desde entonces, los gobiernos de ambos países han compartido un mismo objetivo: que se mantenga el régimen. Para Estados Unidos sería muy complicado y costoso un cambio en Cuba, y ni decir para el gobierno cubano. Un cambio de régimen supone mucha inestabilidad que puede prolongarse y derivar en migraciones masivas.

Sin duda, el embargo económico es una expresión de dominio de Estados Unidos sobre Cuba y la mantiene muy restringida en su accionar económico. Además, tiene utilidad electoral para los partidos republicano y demócrata con los cubanos en la Florida que desean mayor presión sobre Cuba para que caiga el régimen.

Para el gobierno cubano, a pesar del altísimo costo económico, el embargo es una fuente de legitimación: la causa identificada de los males.

Con estos linderos establecidos, el debate académico o político sobre Cuba es prácticamente imposible. El apoyo al régimen cubano significará siempre la posición de solidaridad con el pueblo oprimido por el imperio, mientras la crítica al régimen será siempre definida como una postura proimperialista. Con esta narrativa será difícil avanzar, independientemente de lo que quiera la mayoría del pueblo cubano.

La democracia electoral está llena de fallos y deficiencias, pero asumir que la mayoría de un pueblo apoya una dinastía familiar o de partido único en el poder por más de 60 años es ingenuo en el mejor de los casos. La longevidad de un régimen sin alternativas no deriva usualmente de apoyos, sino de controles.

Cuba ya no encarna una utopía revolucionaria como en sus inicios. La sociedad enfrenta grandes precariedades, en parte por el embargo, y en parte por el mismo sistema económico que se ha enfocado en la producción y distribución manejada por el Estado, con poco espacio para la iniciativa privada.

La evidencia mundial muestra que, las sociedades más desarrolladas e inclusivas son las que han logrado combinar de manera efectiva la producción privada con mecanismos de redistribución social de la riqueza en contextos de democracia electoral. De esos tres elementos, Cuba carece de dos: hay poca producción privada y no hay competitividad política en el marco de una democracia electoral.

A pesar del éxito en la educación y las garantías de salud, los cubanos enfrentan constantemente escasez en una diversidad de productos de consumo que son de alcance cotidiano para muchas personas en países que incluso no son altamente desarrollados como la República Dominicana. En 60 años de revolución, Cuba debería tener producción agrícola y de industria ligera accesible a su población.

La pandemia ha agravado las condiciones de vida en muchos países y Cuba no cuenta en estos momentos con un país protector dispuesto a hacer muchos aportes. Para oxigenarse, el régimen cubano necesitaría promover algún nivel de reforma económica y negociar con los Estados Unidos facilidades para el flujo nuevamente de remesas familiares. Biden debe eliminar ya los mecanismos de control que impuso Trump.

En medio de esta pandemia, las remesas han sido la tabla de salvación para muchos países de la región, incluida la República Dominicana.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/cuba-longevidad-del-regimen/

 

Haití: sin ruta ni rumbo julio 14, 2021

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:01 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 14 de julio de 2021 en el periódico HOY

En el mundo moderno, el Estado requiere dos elementos básicos para lograr un mínimo de estabilidad en la sociedad: una estructura productiva para satisfacer las necesidades fundamentales de la población y la articulación del poder para gobernar. Esa articulación puede ser autoritaria o democrática.

En América Latina, incluyendo Haití, prevaleció el Estado autoritario durante la mayor parte de la historia. Pero, de distintas maneras y a diferentes pasos, cada país fue forjando instituciones y experiencias democráticas.

Para fines de la década de 1980, después de múltiples intentos fallidos de apertura, habían caído muchas dictaduras y surgieron distintas modalidades de democracia electoral en la región.

La caída del dictador Jean Claude Duvalier en 1986 encontró a Haití sin una estructura productiva para satisfacer las necesidades básicas de su población, sin un mínimo de institucionalidad democrática, y sin una figura potente para impulsar una clase empresarial en condiciones cuasi autoritarias. Además, la Constitución barroca aprobada en referendo en 1987, que incluye presidente y primer ministro, tampoco ayudaría a forjar una transición con cierta estabilidad.

El período 1987-1990 estuvo marcado por intentos electorales fallidos y enfrentamientos. En 1990 ascendió a la presidencia Jean-Bertrand Aristide con 67% de los votos. Ocho meses después fue derrocado, luego repuesto en 1994 para completar su mandato. Gobernó nuevamente de 2001 a 2004 y otra vez fue derrocado. El populismo social no funcionó.

En el 2004 hubo un giro internacional: de Estados Unidos, Haití pasó a manos de la Misión de Estabilización de Naciones Unidas (MINUSTAH) en una ocupación que se prolongó hasta el 2017. Fue un tiempo de contención política desaprovechado. Al salir las tropas, Haití estaba peor: sin base económica, sin clase media importante, sin partidos fuertes, sin liderazgo político, y con la devastación del terremoto de 2010. El vacío de poder lo han llenado las bandas armadas sin sujeción a la autoridad estatal.

Los presidentes Michel Martelly y Jovenel Moïse danzaron políticamente en ese angosto político durante la última década, creando la sensación de que en Haití había gobiernos electos. Pero ambas presidencias fueron precarias. Moïse ganó las elecciones de 2015 y no pudo asumir el poder. Se celebraron nuevas elecciones en el 2016, y ganó el 55% de los votos con la participación de solo alrededor del 20% del padrón.

Para mediados de 2018, el gobierno de Moïse había entrado en una crisis severa. El aumento de precio de la gasolina generó protestas violentas y el descontento creció en las calles en medio de acusaciones de corrupción al gobierno por malversación de fondos de Petrocaribe.

La inestabilidad escaló, al punto que, a principios de 2021, Moïse denunció que había planes para derrocarlo o matarlo. En la medida que su gobierno se debilitaba, diversos sectores convergían en su contra (empresarios, iglesias, jóvenes manifestantes) y aumentaban las bandas armadas. Moïse cerró el parlamento y se fue quedando solo, a tal punto que fue asesinado en su propia casa.

Haití enfrenta hoy un profundo vacío de poder: no cuenta con un Estado mínimamente organizado, carece de una estructura productiva sólida (importa mucho más de lo que exporta), no tiene una clase empresarial articulada ni una clase media pujante, la pobreza es extrema, y no hay un sistema de partidos políticos funcional. Está sin ruta y sin rumbo. Además, hay poca esperanza de que alguna fuerza internacional esté dispuesta en medio de esta pandemia a aportar recursos y asumir el liderazgo.

Culpables de estos males hay varios. Dispuestos con capacidad de superarlos no hay. Desafortunadamente el realismo no me deja brecha para ser optimista ni pretenderlo.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/haiti-sin-ruta-ni-rumbo/

 

Geopolítica de la tercera dosis julio 7, 2021

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:52 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 7 de julio de 2021 en el periódico HOY

La pandemia del COVID-19 llevó a la producción de vacunas a celeridad. Han sido aprobadas en la categoría de emergencia, o sea, sin que existan todos los estudios pertinentes para conocer su eficacia, duración de la protección o efectos secundarios.

Mientras las vacunas se preparaban, surgieron diversas teorías conspirativas que se alimentaban, en parte, del limitado conocimiento sobre ellas. Pero, ante tantas muertes y encierros, poco a poco, mucha gente aceptó vacunarse.

Los dos grandes productores de vacunas son Estados Unidos y China. En los primeros meses del año, Estados Unidos decidió utilizar gran parte de su producción para inmunizar su propia población. China, en competencia con Estados Unidos, aprovechó para vender vacunas a países como la República Dominicana, tradicionalmente vinculados a Estados Unidos, con la esperanza de consolidar relaciones. Así llegaron muchas Sinovac a suelo dominicano.

Los deseosos de vacunarse asistieron de inmediato a ponerse la “vacuna china”, seguidos por una parte de los renuentes. Luego, con algunas campañas, se amplió la cobertura.

La resistencia a la vacuna persiste, por lo cual, el avance del programa de vacunación entra en su etapa más difícil: llegar a quienes a pesar de la disponibilidad de vacunas todavía no acuden.

La OPS/OMS estima que en la República Dominicana al 28 de junio se había puesto una dosis alrededor del 55% de la población, y dos dosis el 25%. El objetivo internacional para lograr la llamada inmunidad de rebaño es vacunar alrededor del 75%. O sea, en la República Dominicana falta mucha gente por recibir la primera o la segunda dosis.

Llegar a los que no han recibido ninguna dosis requiere de un gran esfuerzo de las autoridades de salud. Hay vacunas, pero muchos no vacunados no irán por motivación propia. Esta realidad no pude ignorarse porque si no se vacunan no habrá forma de conseguir la inmunidad de rebaño, esencial para superar los problemas de salud, económicos y sociales que ha traído la pandemia.

Promover la tercera dosis en estos momentos presenta problemas que se han indicado en distintos medios en los últimos días. Primero, no hay estudios científicos acabados que indiquen con precisión en qué tiempo sería necesario un refuerzo, o si se pueden aplicar vacunas de diferentes marcas a una misma persona. Segundo, promover la tercera dosis cuando todavía faltan tantas personas por recibir la primera o segunda distrae la atención, o puede generar controversias que aumente la resistencia a vacunarse.

Ya la OPS/OMS lo dijo: no hay estudios disponibles todavía para avalar la tercera dosis. El gobierno no escuchó y procedió con su plan de tercera dosis con vacuna diferente. Ya tiene la Pfizer y la geopolítica indica que hay que promoverla hasta el punto de mezclarla en coctel con Sinovac (ojalá en el organismo de los dominicanos se resuelva, para bien de todos, la tensión entre Estados Unidos y China).

Aún todo marche bien con la tercera dosis, sin repercusiones de salud negativas para los tres veces vacunados, el desafío en este momento es llegar al segmento que todavía no tiene una dosis o debe completar la segunda.

Sobre vacunar con tercera dosis un grupo de clase media alta que confía en Estados Unidos más que en China, y se había puesto en la premura la Sinovac, no es camino efectivo para enfrentar la pandemia.

La geopolítica favoreció a la República Dominicana y hay vacunas. Llegar a todo el territorio nacional, incluidos los renuentes, es tarea local.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/geopolitica-de-la-tercera-dosis/