Ventanas en el Espacio

VENTANAS EN EL ESPACIO

La trivialización de Dios febrero 24, 2021

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 12:31 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 24 de febrero de 2021 en el periódico HOY 

El fin de semana pasado leí en el periódico que celebraron una misa por el primer aniversario de la promulgación de la Ley 47-20 de Inversiones Público-Privadas. Quedé estupefacta pensando: ¿qué tiene que ver Dios con esa alianza de inversión?

Desde hace un tiempo percibo un proceso social de trivialización de Dios. Las distintas iglesias, al estar en fuerte competencia entre ellas por captar feligreses, luchan por ocupar la mayor cantidad de espacios públicos y privados, físicos o mediáticos, y, por ende, quieren estar presente en todo.

Por su parte, el avance abarcador de las redes sociales ha contribuido también a la trivialización. El carácter masivo de las redes permite que millones de personas se conviertan en promotores cotidianos de fetichismos religiosos. Por las redes envían constantemente muchos mensajes con alegoría a Dios, Jesús, María, o a los santos; anuncian cadenas de oración por distintos propósitos y envían bendiciones.

Las intenciones no son nuevas. En las misas católicas es de costumbre hacer intenciones por diversos motivos. Los velones también acompañan peticiones, y hay un santo o una virgen para distintos propósitos.

En el pasado, esas tradiciones requerían de una acción concreta ritualista, como, por ejemplo, asistir a la misa donde se hace la intención, ir a un santuario a prender un velón y rezar, transportar un santo o una virgen de un hogar a otro, o hacer alguna oración casera. En esos rituales la oración era esencial para la expresión de creencia en lo divino.

En el mundo abreviado de las redes sociales, generalmente no hay tiempo para la oración ni la reflexión; dominan los predicadores en monólogos o la masificación de mensajes religiosos acompañados de imágenes, postalitas que generan un Emoji de Amén en respuesta.

Se entiende perfectamente que las religiones usen los nuevos medios de comunicación para transmitir sus mensajes. La conversión y el reforzamiento de las creencias son fundamentales para su existencia. Su éxito siempre ha radicado en la posibilidad de conquistar millones de seguidores; y eso, sin duda, se facilita con las redes.

De todas maneras, llama la atención que la práctica religiosa en ese espacio parece repetitiva, superficial e irreflexiva; un bombardeo de palabras huecas.

Y es que el valor humano de la práctica religiosa radica en la capacidad de experimentar lo divino desde la misma humanidad porque no conocemos a Dios de manera directa, nunca lo hemos visto, independientemente de que algunas personas clamen milagros y apariciones.

Lo que sí podemos tener los seres humanos es sensación de cercanía con Dios mediante la fe, la oración y la compenetración espiritual.

Los mensajes religiosos que se reparten por doquier en las redes sociales no logran ese objetivo. Son fetiches que no resisten siquiera el recuerdo, más allá de que su constante reenvío genera en muchas personas la sensación espuria de cercanía con Dios, de una adoración, que se esfuma rápidamente en el continuo bombardeo cibernético.

En la República Dominicana, la ciber experiencia religiosa se ha acompañado de ese otro fenómeno con que se inició este artículo: la celebración de misas o invocaciones para muchos eventos que no lo ameritan, como el primer aniversario de una ley de inversión público-privada que poco tiene que ver con Dios o lo divino.

Si el Dios de la justicia nos hablara directamente, probablemente nos diría que es una blasfemia invocar su nombre para aventuras capitalistas como las llamadas alianzas de inversión público-privadas. A Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/la-trivializacion-de-dios/

 

El sistema de partidos políticos en un hilo febrero 17, 2021

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 12:23 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 17 de febrero de 2021 en el periódico HOY

La República Dominicana es uno de los pocos países de América Latina donde, en los últimos 40 años, predominó un sistema de partidos políticos relativamente estable.

La estabilidad de un sistema de partidos en una democracia electoral no se refiere necesariamente a que los partidos sean ejemplo de democracia interna, sino a que se mantengan en el tiempo con posibilidad de competir electoralmente, y que los cambios en las estructuras partidarias ocurran sin llegar al colapso del sistema de partidos. Lo deseable, no obstante, es que los partidos se modernicen y democraticen con el tiempo.

Desde la transición dominicana a la democracia electoral de 1978, hasta el 2013, tres partidos dominaron el sistema político dominicano: PRSC, PRD y PLD.

En la primera etapa (1978-1986) dominó el bipartidismo con el PRSC y el PRD como partidos dominantes del sistema. El PLD se formó en 1973, pero solo comenzó a despegar electoralmente en 1986.

En la segunda etapa (1990-2000) dominó el tripartidismo por el ascenso electoral del PLD, producto del declive del PRD después de ocho años de gobierno (1978-1986) y, más tarde, del debilitamiento del PRSC en el ocaso de la vida de Joaquín Balaguer.

En la tercera etapa (2004-2012) se produjo el colapso electoral del PRSC y volvió el bipartidismo con el PLD y el PRD como partidos principales.

En la cuarta etapa (2013-2020), la división del PRD de 2014 produjo entonces un bipartidismo debilitado con el PLD como partido dominante y el nuevo PRM en la oposición.

La actual quinta etapa se caracteriza por la división y derrota del PLD, el surgimiento de la Fuerza del Pueblo, producto de la división del PLD, y el ascenso del PRM al poder. El PRM podría considerarse ahora el partido dominante, pero no lo es porque apenas ascendió al poder y no traía mucha fortaleza partidaria.

El PRM proviene de una división y heredó votos del perredeísmo que, en las elecciones de 2020, logró acompañar del apoyo de capas medias urbanas para construir la mayoría que llevó al triunfo.

La posibilidad del PRM de constituirse en partido dominante como lo hizo el PLD en años anteriores dependerá de su gestión en el poder.

En todas las elecciones desde 1978 a 2020, más del 90% de los electores depositaron su voto presidencial por los partidos principales del sistema: PRSC, PRD, PLD o PRM, con las variantes de combinaciones electorales correspondientes en cada etapa.

Es decir, a pesar de las divisiones de los tres partidos históricos (PRSC, PRD y PLD), el sistema político ha preservado hasta el momento la concentración del voto.

Cuando el PRD se debilitó a fines de la década de 1980, el PLD entró a ocupar el espacio electoral. Cuando el PRD se recuperó electoralmente a mediados de la década de 1990, Balaguer, ya en su final político, apoyó al PLD para que compitiera con el PRD.

El PRSC y el PRD han colapsado electoralmente. Su repunte solo ocurriría si aparece en el futuro una figura carismática que utilice una de esas franquicias para ascender políticamente.

El PLD inicia ahora su proceso por recuperar lo perdido. La Fuerza del Pueblo lucha por abrirse camino captando una parte del peledeísmo. El PRM enfrenta el desafío de consolidarse como partido a partir de una gestión de gobierno en medio de una pandemia con grandes secuelas económicas.

En resumen, el sistema de partidos políticos dominicano opera ahora en un hilo. Ningún partido muestra solidez y todos enfrentan grandes desafíos.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/el-sistema-de-partidos-politicos-en-un-hilo/

 

No es momento de aumentar salarios públicos febrero 10, 2021

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 6:07 pm

Rosario Espinal

 Artículo publicado el miércoles 10 de febrero de 2021 en el periódico HOY

Soy defensora de aumentos salariales para los trabajadores, sobre todo, en un país como la República Dominicana donde la mayoría gana menos de 15,000 pesos al mes.

Pero en este momento de crisis económica, en vez de subir salarios en algunos sectores de la administración pública, lo que se necesita es auxiliar a los trabajadores que han perdido sus empleos por la pandemia, o han visto sus ingresos mermados significativamente.

La República Dominicana no tiene una moneda fuerte como el dólar o el euro, por tanto, el valor del peso dominicano debe estar avalado por la existencia de divisas en el Banco Central.

La pandemia ha reducido los ingresos fiscales del Estado, y menos recaudaciones significa menor capacidad de pago de la deuda pública.

Cierto, ahora hay que endeudarse más para suplir la pérdida de ingresos por recaudaciones fiscales, pero hay que tener mucho cuidado en cómo se utilizan los recursos.

Aumentar salarios públicos significa compromisos fijos, en un momento en que no se sabe cuánto más deberá endeudarse el Gobierno para enfrentar la crisis. Tarde o temprano, lo tenedores de bonos pondrán presión y los impuestos aumentarán con o sin pacto fiscal.

En la situación de crisis económica actual, quienes mantienen su puesto de trabajo no son los más necesitados, aún su salario regular sea bajo. Y los empleados públicos están entre los mejor posicionados porque el Estado, a diferencia del empresariado, tiende a garantizar el empleo, aunque para pagar salarios tenga que endeudarse.

Como los empleados públicos se benefician de la estabilidad laboral (más fácil pierden el empleo por razones políticas que económicas), no debe ser prioridad en este momento subir sus salarios.

Además, si aumentan a un grupo, los demás pedirán lo mismo. Por ejemplo, el Gobierno anunció un aumento a los policías y militares, y ahora los empleados de la UASD piden lo mismo. Todos ellos cuentan con estabilidad laboral, por tanto, hay mucha gente más necesitada en este momento.

El equipo económico del gobierno debe enfocarse en subsidios a víctimas económicas de la pandemia. Esto incluye tanto a personas de escasos recursos como de capas medias en sectores de pequeña y mediana empresa que han sufrido los embates de la pandemia por el tipo de servicios que ofrecen.

Si no se hace, en la medida que avance el año las precariedades económicas se irán sintiendo más, porque una cosa es estar desempleado temporalmente, y otra que el desempleo se prolongue. Una cosa es que los familiares en el exterior envíen más remesas temporalmente, y otra que esa carga se extienda.

Estamos en el mes de febrero, y más allá de mantener algunos de los programas de asistencia que se establecieron al inicio de la pandemia, hace ya casi un año, no hay claridad de hacia dónde va el Gobierno con las medidas de asistencia y recuperación económica.

La pandemia no terminará muy pronto y hay sectores vitales como el turismo que no se recuperarán por ahora. La vacuna genera esperanzas, pero el proceso de vacunación es incierto y tomará tiempo.

El Gobierno necesita identificar con precisión quiénes siguen siendo los trabajadores más afectados económicamente por la pandemia e ir en su auxilio si no lo han hecho, o mantener el subsidio a quienes ya lo reciben si siguen necesitándolo.

En época de estrechez económica y muchas necesidades, como sucede ahora, la planificación gubernamental es vital. La empleomanía pública es supernumeraria: se reduce y aumentan salarios, o se mantiene grande sin aumentar ahora los salarios. Los gastos públicos los paga el pueblo.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/no-es-momento-de-aumentar-salarios-publicos/

 

Partidos políticos y dinero público febrero 3, 2021

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:59 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 3 de febrero de 2021 en el periódico HOY

Todas las disposiciones político-electorales afectan los partidos, aunque no hay acuerdo sobre qué conviene más. Hay legislaciones y tradiciones que favorecen un sistema político con pocos partidos fuertes que compitan electoralmente; otras favorecen la proliferación de partidos. El financiamiento público es solo un aspecto del debate, pero es importante.

En la República Dominicana, la legislación electoral favorece la proliferación de partidos. Los requisitos para mantener el registro legal son de relativo fácil cumplimiento y las alianzas constantes de partidos pequeños con los grandes les asegura cumplir con por lo menos uno de los prerrequisitos: tener algún funcionario electo.

El financiamiento público se estableció en la reforma electoral de 1997 con el objetivo de que los partidos se autonomizaran de las contribuciones privadas. Eso no se ha logrado porque tanto la Ley Electoral de 1997 como la Ley de Partidos de 2018 y la Ley Electoral de 2019 son laxas en el financiamiento privado.

Por su parte, el financiamiento público tiene sus acomodos. Cuando el PRSC comenzó a perder muchos votantes, el PLD, apoyado también por el PRD, concedió a los reformistas la posibilidad de seguir siendo parte del gran reparto del financiamiento público al establecerse en el 2005 que, para clasificar como partido mayoritario, el requisito era obtener más del 5% de los votos. Entre los mayoritarios se reparte el 80% de los fondos públicos.

Un 5% como criterio para el gran financiamiento es bajo, sobre todo, porque en la República Dominicana se concentra el voto en pocos partidos. Los demás reciben una votación exigua.

Ahora la nueva Junta Central Electoral (JCE) debía establecer cómo se repartirá el dinero público a los partidos en los próximos años. Cualquier criterio utilizado generaría malestar y controversia de un lado u otro. Podía utilizarse un nivel electivo o el cómputo conjunto de los distintos niveles de elección: presidencial, senatorial y diputaciones. La JCE, amparada en varios considerandos, escogió el cómputo conjunto de las elecciones del 5 de julio de 2020.

De los partidos que participaron, 19 sacaron menos de 1% de los votos válidos en el cómputo conjunto de los distintos niveles de elección, y no son partidos nuevos. Entre ellos se repartirá el 8% del dinero público destinado a los partidos.

Cinco partidos sacaron más de 1% y menos de 5%: la nueva Fuerza del Pueblo, el PRD y el PRSC (dos partidos en declive electoral), Alianza País y Dominicanos por el Cambio. Entre ellos se repartirá el 12% del dinero público.

De esos cinco partidos, dos obtuvieron ligeramente más del 5% en una de las instancias electivas: la Fuerza del Pueblo a nivel presidencial (5.6%) y el PRD en las diputaciones (5.5%)

La FP reclama que para clasificar como partido mayoritario se utilice el 5.6% del nivel presidencial. Si se complace, el PRD reclamará su 5.5%. Y otros más minoritarios solicitarán lo mismo para subir de nivel.

El reciente Reglamento 01-2021 de la JCE sobre financiamiento público de los partidos coincide con el criterio finalmente utilizado por la JCE anterior para establecer el orden de los partidos en la boleta de las elecciones del 5 de julio 2020: el cómputo conjunto de los distintos niveles electivos en las elecciones previas.

En algún momento habrá que revisar la legislación sobre el financiamiento público de partidos para hacerla más adecuada y precisa. Cuando se haga, ojalá se evalúe si tiene sentido o no seguir financiando tantos partidos que no alcanzan 1% de los votos, y que se eleve el porcentaje mínimo requerido para recibir financiamiento como partido mayoritario.

Enlace al periódico HOY: https://hoy.com.do/partidos-politicos-y-dinero-publico/