Ventanas en el Espacio

VENTANAS EN EL ESPACIO

¿Era Leonel Fernández el problema? agosto 29, 2012

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 7:54 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 29 de agosto de 2012 en el periódico HOY y en los portales de Acento y Noticias SIN 

Dicen que la esperanza no debe perderse, y en eso cifran muchos dominicanos su optimismo cuando llega un nuevo presidente al Palacio.

Ha sido harto repetido el slogan de campaña con el cual Danilo Medina buscó congraciarse con Leonel Fernández, y a la vez, generar expectativas de cambio en una sociedad cansada del PLD y sin alternativas creíbles.

Ante la perplejidad general con la ratificación de muchos altos funcionarios, una de las interpretaciones más socorrida es que con un nuevo director, la orquesta tocará mejor. ¡Espere la función!

Al escuchar este cántico, imagino que Leonel Fernández soltará carcajadas, o quizás se haya molestado, porque si el argumento anterior es correcto, entonces el culpable de los males era él.

La revista The Economist, citada a veces por el gobierno dominicano cuando le conviene (no ahora), publicó recientemente un artículo titulado: “El turno de Medina: ron nuevo en botellas viejas” (en inglés, “Medina’s Turn: New Rum in Old Bottles”). La interrogante central del artículo es la misma que ha circulado en la sociedad dominicana desde el 16 de agosto: ¿puede Medina impulsar los cambios prometidos con los mismos funcionarios?

Algunos son nuevos, es cierto, pero no tienen poder en la estructura del PLD y serán secundarios a los comandantes del Comité Político. Además, y muy preocupante, es que algunos de esos nuevos funcionarios fueron los encargados de buscar dinero para sostener las campañas de Medina, entonces: ¿han ido al gobierno a ganar suelditos y  a coger lucha apagando luces y aire acondicionados por los déficits acumulados? ¡Por favor!

Ah, y no olvidemos a los campeones de la política dominicana. Me refiero a los jefes de partiditos aliados que repiten en sus cargos. ¿Qué incentivos tienen estos funcionarios para impulsar buenos cambios? Su vínculo con el Estado es de lechero: ordeñar para su parcelita, así de craso.

Han pasado ya dos semanas de la toma de posesión y la estructura de funcionarios gubernamentales es prácticamente la misma de Fernández: miembros del Comité Político y el Comité Central, jefes de partidos aliados, y figuras del sector externo que sostuvieron económicamente a Medina. Si este equipo corregirá lo que está mal y hará lo (bueno) que nunca se hizo, entonces Danilo Medina será un mago.

Cuando aumente la frustración con lo que siempre se ha hecho se dirá que hay que esperar 100 días para emitir juicios. ¡Fabuloso calmante! Tómelo.

Mientras tanto, esperemos que en los próximos 100 días no aumenten los impuestos a las capas medias y bajas. Que los funcionarios repitientes a cargo de la Policía impulsen una buena reforma para mejorar la seguridad ciudadana. Que la Comisión de Ética (ahora Dirección) devele los corruptos (¿por qué será que sólo le cambiaron el nombre a esa institución?). Que el Ministerio Público defienda verdaderamente los intereses públicos. Que se destinen los recursos prometidos a la educación sin un gancho impositivo y se impulse una reforma del sistema educativo. Que no domine la politiquería y el robo en el sistema eléctrico, ojalá, ojalá.

Cuando pasen los 100 días, si no hay primicias de los cambios prometidos, entonces los voceros del gobierno dirán que debe esperarse cuatro años para emitir un juicio final.

Para entonces, si Danilo Medina corrige lo que está mal y hace lo que nunca se hizo, quedará comprobado que el problema era Leonel Fernández. Si no, Medina caerá en la lista de presidentes sin voluntad para corregir lo que está mal y hacer lo bueno que nunca se hizo. ¿Qué será, será? En tiempo te lo dirá. ¿Qué será, será?

Enlace al periódico HOY: http://www.hoy.com.do/opiniones/2012/8/28/443729/Era-Leonel-Fernandez-el-problema

 

Euforia de una hora agosto 22, 2012

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:51 pm

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 22 de agosto de 2012 en el periódico HOY y en los portales de Acento y Noticias SIN 

El 16 de agosto, Danilo Medina tenía dos grandes retos: pronunciar un buen discurso y nombrar un buen gabinete.

El discurso tuvo excelente recepción. Pasó con notas de honor. Corto de verbo, Medina compensó la presentación con gesticulaciones de sinceridad, con palabras de aliento a un pueblo sediento de cambios buenos, con reafirmación de sus promesas de campaña, con la oferta de un 4% que apenas esa mañana parecía una quimera, con el llamado a la ética pública y el látigo para los corruptos, con la asonada de un manos a la obra.

La euforia se sintió en canales de televisión, en las redes sociales, en los hogares y calles. Hay gente que incluso me dijo que lagrimeó.

El cambio seguro prometido en campaña se transformó de repente en un grito de cambios profundos que desde hace mucho había desaparecido de la discursiva política. El giro de un modelo económico de varilla y cemento a la inversión en la gente convocaba: educación, salud, equidad de género, financiamiento accesible a pequeños y medianos empresarios, etc.

El Danilo Medina trabado en lengua a principios del discurso se transformó en sujeto animado y animador mientras transcurría la disertación. Los asistentes, tímidos de aplausos al principio quizás por la presencia de su antiguo jefe, se entusiasmaron cuando vieron al nuevo capitán motivado y dando lo mejor de sí para comunicar un sueño de progreso.

Sus párrafos dirigidos a las mujeres alentaron la esperanza de que por primera vez un presidente dominicano tuviera las agallas de colocarlas en el sitial merecido de las altas funciones públicas. Sus quejidos internos al hablar de pobreza y desigualdad social parecían diseñados para copar la administración de funcionarios entregados a una gran causa.

Pero no, el dominicano es un pueblo forjado para la esperanza efímera. La euforia del discurso duró aproximadamente una hora; el tiempo que tomó movilizar tanta gente importante del Congreso al Palacio.

Comenzaron los decretos de nombramientos y caían chorros de agua helada.

Ah, que quede claro, el Presidente tiene absoluta potestad para nombrar sus funcionarios, pero el pueblo tiene absoluta libertad para sentirse frustrado. Hubo alegría y rabia, esperanza y desesperanza. Todo en apenas las primeras horas de la tarde.

Cuando pasaron al Tedeum a ser santificados por el jerarca de la iglesia católica, ya una gran parte del pueblo había emitido su veredicto político sobre los nombramientos: “más de lo mismo”.

No recuerdo en la historia política dominicana haber visto en tan poco tiempo un giro tan grande en el estado de ánimo de la gente. La euforia se transformó en perplejidad y la alegría en desconsuelo o rabia. Danilo Medina perdió en unos minutos el capital político que había ganado con su discurso.

Luego vinieron las justificaciones: esos funcionarios lo llevaron al poder, los impuso el Comité Político, está atado, hay que darle tiempo, un buen director puede tocar mejor música con la misma orquesta. Vaya usted a saber.

No voy a emitir juicios aquí sobre los nombramientos específicos. Creo que hay buenos y malos, pero mi opinión al respecto es irrelevante.

Lo que quiero resaltar por la importancia para la gobernabilidad democrática es que Danilo Medina y el Comité Político deben entender que un tercer gobierno consecutivo del PLD comienza cansado, y muchos que votaron por ellos ni siquiera lo hicieron con entusiasmo sino por miedo al contrincante.

Por eso el presidente Medina debe administrar mejor los desencantos. Una hora de euforia fue muy poco tiempo para un discurso inspirador y con promesas de transformación que debió cosechar mejores frutos emotivos.

Enlace al periódico HOY: http://www.hoy.com.do/opiniones/2012/8/21/442634/Euforia-de-una-hora

 

La democracia dominicana: ya dio lo que iba a dar agosto 15, 2012

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 9:08 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 15 de agosto de 2012 en el periódico HOY y en los portales de Acento y Noticias SIN 

La democracia dominicana se ancló en sus orígenes a fines de la década de 1970 en la estabilidad y fortaleza del sistema de partidos que estructuraron los tres líderes caudillistas del post-trujillismo: Joaquín Balaguer, Juan Bosch y José Francisco Peña Gómez.

Ese liderazgo y las organizaciones partidarias que forjaron, dieron estabilidad al sistema político tanto en su fase autoritaria de 1966-1978, como a partir de la apertura democrática de 1978.

La ciudadanía ha conquistado libertades civiles en las últimas tres décadas, pero la naturaleza caudillista de los partidos, unido al clientelismo y la corrupción ancestrales del Estado Dominicano, han retardado el proceso de modernización económica y política.

En la década de 1990 se produjeron importantes reformas institucionales al sistema electoral producto de las presiones internacionales y la sociedad civil ante los intentos continuistas de Balaguer, pero las reformas no incluyeron mecanismos que promovieran mayor democratización de los partidos.

Se estableció el sistema de financiamiento público en 1997 y se mantuvo intacto el sistema de recaudación privada. Así los partidos se convirtieron en nidos de acumulación de recursos económicos. Son las instituciones más subsidiadas de la sociedad dominicana y con mayor acceso a la riqueza que genera el país, porque los partidos se nutren del Estado y del sector privado, y constituyen el mecanismo por excelencia de movilidad social para amplios sectores sociales.

Aunque la población evalúa negativamente los partidos políticos en las encuestas, un amplio sector de la población expresa simpatía por ellos. La paradoja se debe a que mucha gente está insatisfecha con sus condiciones de vida, pero las aspiraciones clientelares ante las escasas posibilidades de movilidad social obligan al apego partidario.

El liderazgo de fuertes caudillos y la polarización ideológica sirvieron de sedimento al sistema político en las décadas de 1960-1970, mientras el clientelismo y la corrupción ampliada sirven ahora de soporte al partidarismo, en un contexto político desprovisto de confrontaciones ideológicas y con aspiraciones generalizadas de ascenso social.

La estabilidad del sistema político dominicano se sustenta también en factores socioeconómicos. Los más pobres entre los pobres, es decir, los inmigrantes haitianos, carecen de derechos políticos, y por tanto, están incapacitados para poner presión social desde la marginalidad. Por su parte, las capas medias dominicanas tienen como horizonte la migración y tampoco ponen presión.

En consecuencia, los ejes que articulan la sociedad y la política dominicana en este principio del siglo XXI son la movilidad social vía los partidos, la migración de dominicanos hacia el exterior, la economía ilícita, y la migración haitiana que ofrece mano de obra barata para la acumulación de capital. Todos apuntan a una baja movilización social.

La democracia produce cierta apariencia de progreso porque la política, los empréstitos, el narco y las remesas crean espejismos de prosperidad, pero en esencia, la democracia dominicana es profundamente excluyente, arbitraria e ineficiente.

Los partidos se han rotado en el poder y han canalizado descontentos, pero ahora el PRSC ha sido subsumido por el PLD, el PRD enfrenta una crisis interna que se perfila de larga duración, y el PLD pretende gobernar por largo tiempo.

En un contexto de precariedades económicas, de reformas pospuestas y de limitadas opciones partidarias, la democracia clientelar dominicana se dirige a producir mayores niveles de insatisfacción en la población, y si no hay renovación y fortalecimiento del sistema partidario, la fórmula de partidos que dio sustento al sistema político puede resquebrajarse.

Para avanzar en democracia se necesitan reformas que promuevan crecimiento económico con mejor distribución de los recursos, y mayor eficiencia en la administración pública.

Enlace al periódico HOY: http://www.hoy.com.do/opiniones/2012/8/14/441641/La-democracia-dominicana-ya-dio-lo-que-iba-a-dar

 

¿Tiene Danilo Medina las agallas? agosto 8, 2012

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 11:26 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 8 de agosto de 2012 en el periódico HOY y en los portales de Acento y Noticias SIN 

Prometió continuar lo que está bien, corregir lo que está mal y hacer lo que nunca se hizo. Pero no sabemos con certeza qué va a continuar, qué va a corregir, y qué hará que no se ha hecho. Promesas hizo como todo candidato en campaña, y ya anunció que los cambios no vendrán tan pronto como esperaba. ¿Ave de mal agüero? ¿Otro traicionero?

No es la primera vez, ni será la última, que un candidato promete lo que no cumple. Pero de incumplimientos se cansa la gente y se abate un pueblo. Ahí estamos.

Un tercer gobierno consecutivo del PLD tiene un mal de entrada: mucha gente está cansada. Más que esperanzas, el triunfo electoral se debió al efecto combinado de la unidad del PLD, el uso de recursos públicos en campaña, la división del PRD y el miedo que generaba su candidato.

Los problemas principales del país son claros.

La población tiene bajo nivel educativo. El promedio de escolaridad no alcanza el octavo curso de primaria aunque todo el mundo ande con un celular en mano. Se necesita mayor calidad en la formación y más recursos. La educación es cimiento para una mejor economía y una mejor democracia. ¿Tendrá Medina las agallas de transformar el sistema educativo?

La electricidad es el eterno retranque de la economía dominicana. Depende mucho del petróleo en un país no petrolero. La estatizan y la privatizan como si fuera un juego populista. Muchos no la pagan aunque tengan aire acondicionado. Otros llevan la carga de los que no pagan. Y mientras tanto, el gobierno subsidia y subsidia. ¿Tendrá Medina las agallas de poner en orden este sistema de ineficiencias e injusticias?

La delincuencia se ha tornado un espectáculo de desconsuelo. Si no es un atraco es un feminicidio, si no es el micro es el narco, si no arrebatan una cartera arrancan una cadena. Ocurre en todo el mundo, así es, pero mal de muchos consuelo de tontos. La policía quiere más poder para enfrentarla, pero resulta que entre los delincuentes figuran también los agentes. ¿Tendrá Medina las agallas para adecentar la policía, la justicia, y mejorar las condiciones de vida, únicos remedios para combatir la delincuencia?

La corrupción, ¡oh mal eterno! No se sabe con certeza cuántos son ni cuánto cogieron, pero la gente cree que la corrupción es generalizada. Por eso un puesto en el gobierno es muy codiciado; en época de servicio no estamos. Prima la moral de la vista gorda: se roba ahora bajo el lema de que antes lo hicieron otros (o los mismos). ¡Que actúe el Ministerio Público! Es el mayor chiste en boca de un alto funcionario. La única solución creíble y con posibilidades de éxito es la destitución inmediata cuando el Presidente confirme trampa. ¿Tendrá Medina las agallas para destituir todo funcionario que se pesque robando o traficando?

Un presidente tiene gran poder para hacer cambios, y sobre todo, para dar ejemplos e inspirar optimismo. La sociedad dominicana está ávida de cambio, de cambios positivos, pero también entiende que no todos los cambios son posibles de inmediato, o al mismo tiempo. Lo que sí se puede es mostrar una señal de cambio y ser consistente con la esperanza. De ahí deviene la acción transformadora que todo buen gobernante busca impulsar a favor del pueblo.

El país requiere un presidente con agallas para emprender grandes tareas pendientes desde siempre, cambios necesarios para gestar una patria digna, para corregir lo que está mal y hacer (lo bueno) que nunca se hizo. ¿Tiene Danilo Medina las agallas?

Enlace al periódico HOY: http://www.hoy.com.do/opiniones/2012/8/7/440602/Tiene-Danilo-Medina-las-agallas

 

Leonel Fernández y su cacareada constitución agosto 1, 2012

Filed under: Artículos periodísticos de los miércoles — rosarioespinal @ 9:19 am

Rosario Espinal

Artículo publicado el miércoles 1 de agosto de 2012 en el periódico HOY y en los portales de Acento y Noticias SIN

Cuando el presidente Leonel Fernández introdujo el tema de la reforma constitucional a su regreso al poder en el 2004, no sentí entusiasmo.

Tenía la convicción de que nuevamente el motivo principal de la reforma era cambiar el sistema de elección presidencial, aunque ese objetivo se enmascarara en una reforma integral; y además, las reformas constitucionales que se realizan cuando predomina una fuerza política (cualquiera sea su orientación) producen textos que expresan fundamentalmente los intereses del grupo dominante. En este caso eran fuerzas conservadoras.

Para ilustrar mi planteamiento voy a referirme a tres artículos aprobados en la Constitución de 2010 que representan retranques para el avance de los derechos democráticos en República Dominicana: el Artículo 124 sobre la elección del presidente, el Artículo 37 sobre la vida, y el Artículo 18 sobre la nacionalidad.

La Constitución de 1966 estableció la elección presidencial consecutiva e indefinida afín al proyecto continuista de Joaquín Balaguer. Para sacar a Balaguer del poder, se aprobó en 1994 una reforma constitucional que estableció la elección presidencial indefinida pero no consecutiva. Balaguer se fue en 1996.

En el 2002, Hipólito Mejía impulsó la modificación constitucional de la elección presidencial para repostularse en el 2004. Estableció la relección consecutiva una vez y nunca jamás.

El nunca jamás impedía la repostulación de Fernández después de 2008, razón por la cual en la reforma constitucional de 2010 se estableció nuevamente en el Artículo 124 la elección presidencial indefinida no consecutiva. Ahora Fernández, Mejía y cualquier otro presidente puede aspirar por siempre.

El problema principal con esta fórmula de elección presidencial en países de tradición personalista y baja institucionalidad como República Dominicana, es que fomenta el caudillismo contrario a la institucionalidad democrática.

El Artículo 37, mejor conocido como el Artículo 30 en el ante-proyecto de reforma, indica que el derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. Esta definición de la vida corresponde a una agenda religiosa conservadora que busca prohibir el aborto en toda circunstancia.

Las religiones tienen derecho de predicar a sus feligreses lo que deseen, pero en una sociedad democrática no pueden imponer sus dogmas a toda la población, y es a toda la población que una Constitución representa y para quien se aprueban las leyes.

La interpretación liberal que hacen abogados como Eduardo Jorge Prats y Cristóbal Rodríguez de que el Artículo 37 no prohíbe el aborto es correcta, pero el uso real que dan las fuerzas conservadoras dominicanas a ese Artículo es de prohibición absoluta del aborto.

Como en República Dominicana ni los gobiernos ni las cortes tienen independencia real de las jerarquías religiosas, el Artículo 37 establece de hecho una violación a los derechos de las mujeres a la vida y a una vida digna.

El caso reciente de “Esperancita” muestra cómo el derecho a la vida de una mujer puede estar en peligro ante la cobardía e ineficiencia de las autoridades públicas para ofrecer tratamiento adecuado cuando peligra la vida de la embarazada.

El Artículo 18 sobre la nacionalidad representa para República Dominicana un gran reto nacional e internacional. Niega la nacionalidad a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en territorio dominicano. Pero resulta que República Dominicana ha permitido por décadas una migración masiva de haitianos para el trabajo por bajos salarios en la agricultura y la construcción.

Muchos de esos inmigrantes se quedan en el país y procrean, pero sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos nacidos en República Dominicana nunca tendrán derecho a ser dominicanos, según la Constitución de 2010. ¿Qué harán con ellos las huestes conservadoras, los lincharán?

Enlace al periódico HOY: http://www.hoy.com.do/opiniones/2012/7/31/439550/Leonel-Fernandez-y-su-cacareada-Constitucion